"Retornar la inflación al objetivo, mientras se preserva la estabilidad financiera, sigue siendo la prioridad a corto plazo", afirmó el Fondo Monetario Internacional (FMI) al final de las consultas para el Artículo IV de la zona euro.
Según los expertos de Washington, probablemente será necesario un mayor endurecimiento por parte del Banco Central Europeo para que los precios vuelvan al objetivo del 2%.
Un objetivo que debe lograrse mediante la aplicación de un "enfoque flexible y dependiente de los datos".
Teniendo en cuenta la resiliencia de la economía de Eurolandia, el Fondo espera una aceleración gradual del crecimiento entre 2023 y 2024, luego de la recesión técnica a principios de año.
Se espera que el Producto Bruto Interno (PBI) crezca un 0,9% en 2023 y un 1,5% en 2024, para luego alcanzar el 1,5% en 2025.
"Las políticas e inversiones estructurales ambiciosas son fundamentales para aumentar el potencial de crecimiento y apoyar las transiciones digital y verde", explicó el FMI, destacando cómo la reducción del déficit es "esencial para salvaguardar la sostenibilidad fiscal en muchos países con una deuda elevada".
Una política presupuestaria más estricta, como prevén las autoridades europeas, "podría ayudar a contener la presión" sobre los precios, añadió el Fondo.
La inflación en la zona del euro -según las encuestas de Eurostat- cayó hasta el 5,5% en junio frente al 6,1%.
Los precios también se desaceleraron en el Reino Unido: la inflación cayó por debajo del 8%, situándose en el 7,9%, es decir, el nivel más bajo en más de un año.
La ralentización fue celebrada por la bolsa de Londres, que cerró la sesión con una subida del 1,80% previendo el final de la peor espiral de precios entre los países del G7.
Asimismo, la ralentización de la inflación da esperanzas de que el Banco de Inglaterra no tenga que subir los tipos hasta el 7% a finales de año, como estimaba hasta hace unos días.
El primer ministro británico, Rishi Sunak, hizo de la reducción drástica de la inflación para fines de 2023 su prioridad antes de las elecciones ampliamente esperadas del próximo año.
Tras la desaceleración de los precios en junio, los analistas ahora esperan que el Banco de Inglaterra suba las tasas a un máximo del 6% en 2023 desde el 5% actual.
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