La reunión es un mensaje no solo a la región, sino también a los equilibrios de la geopolítica mundial y sus nuevos desafíos: las nuevas necesidades energéticas, el medio ambiente y la economía en temblor, primero por la pandemia y ahora por la guerra en Ucrania.
"Los 33 miembros de la Celac están mandando esta vez presidentes o ministros, es algo histórico", dijo a ANSA eufórico un vocero del gobierno argentino, que sostuvo, además, que "el mundo nos está mirando" y debemos "hacer equilibrio".
Algunos hechos concretos parecen darle la razón: estará presente la Unión Europea, con la asistencia del presidente del Consejo UE, Charles Michel, y habrá una delegación enviada por el presidente estadounidense Joe Biden, encabeza por el senador demócrata Chris Dodd.
Además, en la cita se emitirá un video grabado por el presidente chino Xi Jinping. Así, la UE, Estados Unidos y China tendrán voz en Buenos Aires.
Vale recordar, que la Celac fue creada en 2010, en medio de un contexto de fuerte presencia de la izquierda regional con presidentes como Lula da Silva en Brasil, Cristina Fernández de Kirchner en Argentina y Hugo Chávez en Venezuela.
Surgió como un mecanismo de integración que tiene como objetivo dar respuesta a los Estados de América Latina y el Caribe con el fin de avanzar en la unidad y en la integración política, económica, social y cultural. Además, busca "aumentar el bienestar social, la calidad de vida, el crecimiento económico de la región, y promover el desarrollo independiente y sostenible".
Sin que nadie lo manifieste formalmente, es un contrapunto a la Organización de Estados Americanos (OEA), donde Washington tiene fuerte influencia. De hecho, de la Celac no son miembros Canadá ni Estados Unidos.
La oposición en Argentina, también apela a esta cumbre para lograr visibilidad. De hecho resonaron los repudios a la presencia de algunos líderes como el presidente Maduro, su par cubano Miguel Día-Canel y el de Nicaragua, Daniel Ortega. "Se trata de líderes elegidos democráticamente, a estos foros viene gente de todo tipo", se limitó a decir el portavoz del gobierno argentino.
Pero, el PRO -principal fuerza de oposición- hizo un pedido a la oficina local de la DEA (la agencia antidrogas de Estados Unidos) para que promueva la detención de Maduro. Además, una ruidosa manifestación de venezolanos refugiados en Buenos Aires se dará cita en las puertas del hotel que alberga la cumbre.
Es claro que el Summit de Celac se inserta para Argentina en la campaña electoral, que desatará un año de agitación, hasta el 22 de octubre, cuando se celebren las presidenciales y legislativas parciales.
Fernández ya no esconde su voluntad de ir por la reelección. La última señal la dio días atrás, cuando dijo que podría ser candidato. Afirmó que él u otro líder del peronismo (centro izquierda), pero no se autoexcluyó.
"Estoy seguro de que ganará el Frente de Todos (alianza oficialista). Del otro lado todos son Macri (Mauricio, expresidente de centro derecha)", sostuvo en una entrevista que le brindó días atrás a Folha Sao Paulo de Brasil.
Es claro que el presidente argentino está tratando de acumular poder después de tres años donde las pujas internas, especialmente con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner (CFK), lo desgastó.
Un primer gran paso es el encuentro de hoy con el presidente brasileño Lula da Silva (PT, izquierda), de donde surgirán fuertes anuncios de implicancia regional, entre ellos una nueva moneda para operaciones entre Argentina y Brasil, un desplante para el dólar, que oprime a la economía de su país.
Empero, Lula -que está potenciando este Summit con su asistencia- también prevé un encuentro a solas con CFK.
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Copyright ANSA