Se trata del mayor yacimiento de este tipo jamás descubierto en Europa.
El descubrimiento fue realizado por el grupo minero sueco de propiedad pública Lkab.
"Este es el depósito de tierras raras más grande conocido en nuestra parte del mundo y podría convertirse en un componente importante para la producción de materias primas críticas, absolutamente cruciales para la transición verde", dijo el CEO del grupo, Jan Moström, en un comunicado.
"Es una buena noticia no sólo para Lkab, la región y el pueblo sueco, sino también para Europea y el clima", añadió.
El término tierras raras indica un grupo de 17 elementos químicos, escandio, itrio y los 15 elementos del grupo de los lantánidos: lantano, cerio, praseodimio, neodimio, prometio, samario, europio, gadolinio, terbio, disprosio, holmio, erbio, tulio, iterbio y lutecio.
Entre sus numerosas propiedades se encuentran las propiedades magnéticas y conductivas, que permitieron, por ejemplo, la reducción de las dimensiones de muchos dispositivos electrónicos.
Las reservas mundiales de tierras raras se encuentran en todo el mundo, pero son especialmente frecuentes en China, Brasil y Rusia.
China es el principal productor y su mayor yacimiento se encuentra en Baotou.
Entre las décadas de 1950 y 1980, Estados Unidos fue el líder mundial en la extracción y del uso de tierras raras: pero el alto impacto ambiental derivado de la minería llevó a leyes restrictivas que limitaron efectivamente tanto la extracción como la refinación.
A principios de la década de 1990 -en paralelo al aumento exponencial del uso de tierras raras en las tecnologías- comenzó a afirmarse la hegemonía china, un dominio que hoy Europa, Estados Unidos, Canadá y Australia intentan contrarrestar mirando hacia África: Sudáfrica, Angola, Namibia y Madagascar son los países con los mayores yacimientos, que, sin embargo, requieren grandes inversiones para explotarlos.
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