Torino y Juventus no se sacaron ventajas y terminaron repartiendo puntos hoy al empatar 1-1 en un "Derby della Mole" caliente dentro y fuera de la cancha que animaron en el Estadio Olímpico de Turín en uno de los adelantos de la vigésima fecha del campeonato.
El turco Kenan Yildiz, que había convertido uno de los goles en el anterior derby disputado el 9 de noviembre en el Allianz Stadium que Juventus ganó por 2-0, abrió el marcador a los 8' de juego y parecía que su equipo refrendaría su paternidad ante el clásico rival.
Pero el croata Nikola Vlasic, con un verdadero golazo que convirtió cuando se jugaba tiempo adicionado al primer capítulo, le permitió al local irse al descanso igualado e ilusionarse con un triunfo que se le niega ante Juventus desde que la derrotó el 26 de abril de 2015 por 2-1.
Fue en este mismo escenario en el que hoy el árbitro Michael Fabbri expulsó a los entrenadores Paolo Vanoli y Thiago Motta a los 10 minutos de iniciado el complemento y tras una batahola que estalló entre los suplentes de ambos equipos luego de una falta de Nicolo Savona sobre el marfileño Yann Karamoh.
No fue el único incidente pues los fanáticos del Torino protagonizaron una "huelga" a los 30 minutos del duelo, dejando vacía por un momento la "Curva Maratona" en señal de protesta contra las sanciones que se conocieron hace algunos días por los desmanes ocurridos en el anterior derby, al tiempo que retiraron las banderas en todos los sectores durante el intervalo.
En contrapartida y como para justificar aquella medida, cuando el autobús de Juventus arribó al estadio escoltado por la policía fue recibido con una andanada de piedras y otros objetos que golpearon contra el parabrisas del vehículo y provocaron la rotura también de la luneta trasera del vehículo, así como daños en una patrulla.
Antes del partido, Torino sufrió la baja de último momento del serbio Ivan Ilic: "Una lástima que no se lesionara ayer", dijo al respecto Vanoli, obligado a modificar el módulo que tenía previsto para jugar este clásico y en el que Ilic tenía la misión de intentar anular al argentino Nicolás González.
El delantero fue titular en el equipo del ítalo-brasileño Motta, que había celebrado su primera victoria en el clásico aquel 9 de noviembre y quien hoy cosechó el duodécimo empate en el campeonato con una Juventus que si bien sigue siendo el único equipo invicto del torneo necesitaba ganar para no seguir alejándose de la cima.
El de hoy fue también el sexagésimo empate en partidos oficiales en el derby de Turín, en el que Juventus manda con 95 triunfos contra 56 del Torino, ecuación que se repite en los disputados por Serie A, con 78 triunfos de Juventus, 35 del Torino y ahora 47 empates.
Torino, que soñaba con romper el "maleficio", tuvo opciones como para ganar, pero fueron más las que tuvo para perder, de no ser por la gran actuación de su arquero serbio Vanja Milinkovic-Savic en un partido en el que el chileno Guillermo Maripán fue titular y el paraguayo Antonio Sanabria ingresó en tiempo cumplido.
En Juventus, además de González, también jugó desde el inicio el brasileño Douglas Luiz, y faltaron, entre otros, el serbio Dusan Vlahovic, goleador del equipo con siete festejos, y el Francisco Conceicao, hijo del actual entrenador del Milan, Sergio Conceicao, lesionados.
Ante unos 27 mil espectadores, Torino y Juventus terminaron en "tablas" en un "Derby della Mole que registró las mejores situaciones en el primer capítulo, cuando llegaron los goles en un duelo más peleado que lucido y en el que los nervios también jugaron un papel importante.
Por eso no extrañó que el kosovar Mergim Vojvoda y el estadounidense Weston McKennie se sacaran chispas apenas disputados dos minutos, dejando para un rato después la primera emoción real del partido cuando Yildiz sorprenió a Milikonkovic-Savic con un remate que sorprendió al arquero, tapado por tres defensores que dificultaron su visibilidad.
Nico González estiró la ventaja poco después ante un Torino que apostó al contragolpe, pero Fabbri invalidó la conquista por posición fuera de juego, tras lo cual el visitante bajó su intensidad de juego y le permitió a Torino llegar al empate cuando expiraba el primer tiempo.
El remate de Vlasic no le dio opciones a Michele Di Gregorio, que no pudo hacer más que observar como el balón se estrellaba en el poste a su derecha antes de ingresar al arco para delirio de los fanáticos "granates".
Un gol que no aplacó los ánimos de esos mismos aficionados, que aprovecharon en el entretiempo para hostigar también al presidente del club, Urbano Cairo, pero que le permitía al equipo de Vanoli salir a jugar el complemento algo más tranquilo.
No fue así y el entrenador terminó siendo expulsado junto con su colega Motta por aquel episodio ocurrido a poco de comenzado el segundo capítulo, obligando a sus ayudantes de campo a realizar las variantes en un partido en el que Juventus siguió siendo más incisiva.
Milinkovic-Savic enmendó su error en el gol que abrió el marcador y le dejó atragantado del grito al neerlandés Teun Koopmeiners primero y luego al argentino González, aunque Torino teriminaría siendo el que más intentó quebrar la paridad, aunque sin ideas como para plasmarlo en el marcador.
Por eso, con el pitazo final de Fabbri, sus aficionados se lo reconocieron despidiendo al equipo con aplausos, mientras que los fanáticos de Juventus presentes le reclamaron más actitud a sus jugadores después del enésimo empate en el torneo que lo mantiene en el quinto puesto, pero a 11 puntos del líder Napoli.
Juventus, que venía de perder frente al Milan en las semifinales de la Supercopa de Italia que luego consagró campeón al equipo "rossonero", tendrá chance de revancha el martes cuando visite a un Atalanta que irá en busca de la suya tras dejar pasar la posibilidad de llegar a la cima al empatar sin goles en campo de Udinese y luego de quedar eliminado también en semifinales de la Supercopa (frente a Inter).
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