Detrás de la puja que mantienen el popular Boca Jrs y Estudiantes de La Plata en el mercado de pases subyace una disputa que va más allá y está vinculada al intento del gobierno de Javier Milei por "privatizar" el fútbol argentino con el desembarco de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD).
Estudiantes, flamante ganador del "Trofeo de Campeones" en 2024 tras su consagración en la Copa de la Liga Profesional, parece ser el "Caballo de Troya" de ese deseo que también es un viejo anhelo del ex presidente Mauricio Macri, quien en su momento sufrió un duro revés cuando los clubes afiliados a la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) rechazaron por unanimidad el proyecto SAD.
Su sucesor libertario vuelve hoy a la carga y apuesta fuerte para que el deporte más popular del planeta pase a manos privadas, tal como pretende que suceda con varias empresas del Estado con el único objetivo de alcanzar su meta de déficit cero y sin importar los costos que esto tendrá a futuro, como sucedió en los '90 bajo la presidencia de Carlos Menem.
Una política que renuncia a la explotación de los recursos naturales como el petróleo o el litio por parte del Estado y contempla su venta a empresas privadas con el único objetivo de mantener "las cuentas equilibradas".
En el caso del fútbol, las aspiraciones de los interesados en invertir en Argentina parecen apuntar a "apropiarse" del máximo recurso que genera este deporte: las divisiones juveniles de los clubes, hoy sociedades civiles sin fines de lucro, para después exportar a sus mejores talentos en cifras millonarias.
Con entidades que, producto del actual escenario económico, en muchos casos suelen ser deficitarias, es grande la tentación por encontrar la salvación en un inversor dispuesto a aportar capital, aunque también es grande el temor a sufrir posibles represalias por parte de la AFA, como la desafiliación, en caso de devenir en SAD.
Estudiantes de La Plata, presidido por el ex astro Juan Sebastián Verón, no parece temer y asoma como "cabecera de playa" del proyecto impulsado por Milei tras un acuerdo con el grupo inversor encabezado por el magnate estadounidense Foster Gillett que debe ser aprobado en febrero por una asamblea general de socios y promete inversiones por 150 millones de dólares en 30 años.
Acuerdo que, según Verón, contempla una toma de decisiones estratégicas en forma conjunta, alcanza solamente al fútbol y no a otras actividades del club y apunta a "fortalecer la infraestructura y la competitividad deportiva", aunque aún no fue establecido cuáles serán "los porcentajes de cada parte en la distribución de las ganancias" (según distintos medios, el grupo Gillett pretende quedarse con el 80 por ciento de las ganancias que genere el fútbol, incluidos los juveniles).
Verón aclaró que "si la sociedad se disolviera, los activos se dividirían según lo aportado por cada parte y el club volvería a ser una sociedad civil, sin los riesgos que conllevan las SAD, donde la quiebra podría terminar arrasando con la institución", destacó.
No dijo que, según trascendió, el acuerdo contemplaría la posibilidad de que el grupo Gillett transfiera en cualquier momento su participación a otro inversor si lo considera conveniente, como lo hizo en 2010 con Liverpool, club de la Premier League que adquirió tres años antes en 340 millones de dólares y al que dejó con más deudas que éxitos deportivos, según recuerda la BBC.
Para "congraciarse" con los fanáticos y socios de Estudiantes, el grupo inversor adquirió el pase del futbolista Cristian Medina, pagando los 15 millones de euros contemplados en la cláusula de rescisión de su contrato con Boca Jrs, que devolvió el dinero y frustró su partida apelando al estatuto de la FIFA según el cual sólo jugadores o clubes pueden hacer uso de la misma.
Gillett también terció en la negociación que el popular club argentino mantiene con FC Dallas por el pase del mediocampista argentino Alan Velasco, que la franquicia de la Major League Soccer (MLS) estadounidense tasó en 11,8 millones de dólares por el 85 por ciento del pase.
La oferta inicial fue rechazada y Boca la elevó a 10 millones de dólares por la totalidad del pase, mientras que el grupo Gillett ofreció pagar el dinero pretendido por Dallas para colocar a Velasco en Estudiantes, escenario que el propio jugador descartó porque su deseo es jugar con la casaca "xeneize" tras haberlo hecho en sus inicios con la de Independiente hasta 2022.
Sin desmerecer al futbolista de 22 años, que celebró 23 goles en 141 partidos (sumadas otras 17 asistencias con las casacas de Independiente y de Dallas) y fue campeón Sub-17 con la selección "albiceleste" en 2019, la cifra suena exorbitante para los valores que se manejan en el mercado de pases argentino.
De allí que algunos sugieren que la puja por su pase, así como por el de Medina es una declaración de guerra implícita a un Boca que juega en el bando enemigo y que representó en su momento un bastión de resistencia contra el desembarco de las SAD en el fútbol argentino, tal como advertía su presidente, Juan Román Riquelme, en campaña.
El ídolo "xeneize" luego se impuso por paliza en las elecciones celebradas en el popular club ante la fórmula que integraba Macri, ex presidente argentino y de Boca que no se acercó a la "Bombonera" para emitir su sufragio aquel 17 de diciembre de 2023, como sí lo hizo Milei, socio del club, apenas una semana después de tomar posesión del cargo.
Milei, que debió escapar del lugar antes de que la cosa pasara a mayores en medio de los insultos de los socios presentes y no por efecto de su por entonces recién iniciada gestión presidencial, nunca ocultó su deseo de avanzar hacia la privatización del fútbol, un partido que juega incluso desde las sombras.
"Estudiantes de la Plata va camino a ser una SAD, en beneficio de sus socios e hinchas", afirmaba hace algunos días el mandatario, desmentido públicamente por el propio Verón, quien afirmó que su club no se convertirá en una, sino que logrará una alternativa a mitad de camino, para lo cual -admitió- "será necesario encontrar una herramienta legal".
"En seis meses todos los clubes van a querer hacer lo mismo", auguró el dirigente del club al que el gobierno de Milei intentó seducir asumiendo el costo de traslado y alojamiento a Jamaica de entrenadores de Estudiantes para que participasen en un programa de desarrollo del fútbol en los países del Caribe, en abril, según informaron medios de prensa locales.
Un "guiño" del mismo gobierno que recortó la ayuda estatal para el tratamiento de enfermedades terminales o a los medicamentos que no alcanzan a comprar con sus magros ingresos los pensionados, entre otros recortes tendientes a lograr el famoso "déficit cero".
Otro modo de hacer "lobby" en favor del acuerdo encabezado por el empresario Guillermo Tofoni, nexo entre el grupo Gillett y el club argentino, lo condujo su pareja, la diputada libertaria Juliana Santillán, quien en un audio que tomó estado público aludió a la "herramienta legal" mencionada por Verón para facilitar la privatización de los clubes.
"Está todo arreglado con la Inspección General de Justicia y con el Ministro de Justicia", afirmaba la diputada que fue denunciada luego por "abuso de autoridad" y por "violación de los deberes de funcionario público" al interceder en nombre del gobierno para convencer a un dirigente de un club del sur del país de animarse a dar el salto.
"Tenemos al interesado en invertir, pero necesitamos a un interesado en recibir esa inversión", decía Santillán, al reconocer en el audio que fue el propio Milei quien le encargó esa misión en la que dijo trabaja desde hace seis meses en el tema conjuntamente con otros funcionarios del gobierno, entre los que mencionó a Federico Sturzenegger y a Daniel Scioli.
A pesar del tiempo que dice haberle dedicado a la cuestión, la diputada no estaba al tanto de si el humilde Club Social y Deportivo Bancruz está directamente afiliado a la AFA, ni tampoco que el dirigente al que intentaba convencer de aceptar el salto a las SAD es el periodista Juan Cruz Sanz, quien hizo públicos los audios.
Más sorprendente aún sonó cuando aseguró que con la privatización el fútbol argentino dará un salto de calidad, sin considerar que la selección nacional campeona del mundo y bicampeona de América está integrada por jugadores surgidos de los clubes, aún cuando muchos de ellos hoy militen en entidades que son sociedades anónimas y se llamen a silencio en vez de tomar partido.
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