"Debemos pensar menos en jugar bien y más en sumar puntos", advertía en la previa Paolo Vanoli, técnico de un Torino que recuperó la calma al superar hoy por 1-0 a Como de local en la novena fecha, triunfo que le permitió cortar una racha de tres derrotas en fila en el campeonato, sumada a la que sufrió frente al Empoli y que significó su eliminación en segunda ronda de la Copa Italia.
El sueco Alieu Njie, quien reemplazó al paraguayo Antonio Sanabria a los 65', hizo delirar a los cerca de 25 mil aficionados del "granate" cuando convirtió apenas diez minutos después de saltar al ruedo el único gol del partido que ayudó a aquietar las aguas agitadas en el Estadio Olímpico Gran Torino.
El equipo de Vanoli no cantaba victoria en el campeonato jugando en ese escenario desde que venció por 2-1 a Atalanta en la segunda fecha, mientras que la última había sido el 3-2 que logró como visitante de Hellas Verona en la quinta, luego de lo cual cayó por idéntico marcador ante Lazio de local y frente a Inter y Cagliari en campo rival, en ambos casos.
Hoy, además de Njie, los grandes responsables del triunfo fueron el arquero serbio Vanja Milinkovic-Savic, contra quien chocaron todos los intentos ofensivos del equipo entrenado por el español Cesc Fabregas, y el austríaco Matthias Braunoder, cuyo error en un pase atrás que interceptó el delantero sueco, le permitió al Torino cortar la mala racha.
Un premio demasiado alto para el local y un castigo inmerecido para la visita, que generó más y mejores ocasiones que el equipo de Vanoli, para susto del presidente del Torino, Urbano Cairo, quien en su regreso al estadio fue recibido con coros de desaprobación por parte de los aficionados.
Sin embargo, el más silbado de todos fue el delantero Andrea Belotti, el "Gallo" que tantos goles le hizo festejar a los fanáticos "granates", que hoy lo reprobaron cuando ingresó en el equipo visitante a los 83' en reemplazo del español Alberto Moreno, buscando sumar peso en la ofensiva en pos del empate.
En la delantera del Como estuvieron Patrick Crutone, acompañado por el brasileño Gabriel Strefezza y por el hispano-argentino Nico Paz, quienes dejaron la cancha minutos antes del final del partido, ante la atenta mirada del ex futbolista argentino Patricio Hernández, gloria del Torino en la década del '80.
En la del local jugaron el mencionado Sanabria y el escocés Ché Adams, quienes quedaron demasiado aislados en la ofensiva, aunque el segundo logró generar la jugada de mayor riesgo en un primer tiempo con pocas emociones, pero su gol fue anulado por posición adelantada por el árbitro Giovanni Ayroldi.
Vanoli tomó nota del predominio de Como, que se reflejó en las estadísticas de ese primer capítulo en el que la visita tuvo el 70 por ciento de posesión de balón, y ensayó algunos cambios que le permitieron a Torino plantarse mejor en cancha y con una dosis mayor de actitud ir en busca de una victoria impostergable.
El austríaco Valentino Lazaro probó los reflejos del arquero Emil Audero de cabeza al promediar la hora de juego y su colega Milinkovic-Savic respondió casi de inmediato ante una llegada de Strefezza, luego de lo cual Vanoli optó por reemplazar a Sanabria por Njie y fue un acierto pues el resultado terminó por darle la razón.
Cerca había estado Como de amargarle la tarde-noche cuando Paz obligó al arquero serbio a desviar un remate a colocar que parecía colársele y que terminó en el tiro de esquina luego de pegar también en el travesaño.
Después llegó el error de Braunoder y el gol de Njie que se festejó como un título y que logró sostener Milinkovic-Savic con algunas intervenciones que le permitieron a Torino (que tuvo al chileno Guillermo Maripán desde el inicio) volver a cantar victoria después de un mes y ponerle paños fríos a un ambiente que empezaba a calentarse.
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