"Nunca gestionamos los estacionamientos o los puestos que rodean el estadio y tampoco recibimos y mucho menos exigimos entradas de favor al club", afirman los aficionados de la Curva Sur, que suelen ocupar los fanáticos más radicalizados del Milan en el estadio Giuseppe Meazza de San Siro.
Lo hicieron con un comunicado difundido en las redes sociales en momentos en los que la justicia investiga los vínculos de la Curva Sur y también de la Curva Norte, que ocupa la barra de Inter, con dirigentes, jugadores y entrenadores de ambos clubes y con la mafia calabresa ('Ndrangheta).
Investigación que apunta a esclarecer los negocios ilícitos que ambas parcialidades realizaban con el fútbol como excusa y de los que la Curva Sur pretendió despegarse con esa nota publicada, mientras referentes del plantel "rossonero" declaran ante la justicia y algunos de sus líderes presentan pedidos de excarcelación tras haber sido arrestados hace dos semanas.
"Nunca hemos gestionado cuestiones por fuera del ámbito en el que nos movemos, ni perpetramos actos de intimidación o de violencia para asegurarnos dividendos de actividades realizadas en torno al estadio", explicaron los miembros de la Curva Sur, al calificar de "vergonzosa campaña mediática" lo que se publica en función de lo que va surgiendo de la investigación.
Sí se dicen cercanos a los líderes que hoy se encuentran encarcelados y desmienten también la existencia de un pacto de no agresión con sus pares de Inter para facilitar la explotación de los negocios ilícitos y destacan que el mismo sí fue acordado tras el Mundialito de 1983 para evitar una "guerra permanente" en la ciudad.
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Copyright ANSA