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En memoria de Muriel

Jornada del Mundial dedicada a la joven suiza fallecida en la víspera

ZURICH, 28 septiembre 2024, 16:32

Redaccion ANSA

ANSACheck
Dolor en homenaje a Muriel Furrer - TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS

Dolor en homenaje a Muriel Furrer - TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS

   El show debe continuar, suele decirse, y así sucede en el Mundial de Ciclismo que se desarrolla en Zurich pese a la muerte de Muriel Furrer, la joven suiza de 18 años que falleció tras el grave accidente que sufrió mientras competía en el certamen, que hoy le rindió homenaje.
    Uno de ellos llegó de la belga Lotte Kopecky, quien refrendó su corona en la prueba Elite en ruta al superar a la estadounidense Chloe Dygert y a la italiana Elisa Longo Borghini, que se aseguró el bronce tras revisarse las imágenes de un cierre cabeza a cabeza con la neerlandesa Demi Vollering.
    "Antes que nada, quisiera expresar mis condolencias con los familiares de Muriel Furrer. Este título se lo dedico a ella", afirmó Kopecky, al afirmar que situaciones como la que le costó la vida a la joven ciclista "es algo que nunca quisiéramos volver a ver".
    Furrer se accidentó mientras competía en la categoría junior y falleció un día después debido al grave traumatismo de cráneo que sufrió durante su caída, una noticia que tiñó de luto este Mundial y al mundo del ciclismo y reabrió el debate sobre la seguridad de quienes practican este deporte en ruta, a nivel profesional o amateur.
    "Nuestros pensamientos están con sus familiares y amigos, así como con la federación suiza y con toda la comunidad ciclística.
    Nos sentimos culpables porque este Mundial debía ser una fiesta y se transformó en una tragedia", admitió David Lappartient, presidente de la Unión Ciclística Internacional (UCI).
    "Sabemos que un Mundial es el momento más importante de la temporada, particularmente para los jóvenes que participan por primera vez", explicó Lappartient, quien además es candidato a la presidencia del Comité Olímpico Internacional (COI).
    Muriel era una de esas jóvenes a las que aludió el dirigente, quien en relación con el accidente admitió: "No sabemos todavía qué fue exactamente lo que sucedió. La policía y las autoridades están investigando y no quisiera sacar conclusiones apresuradas", se excusó.
    Una declaración que apunta a la controversia que generó la versión que indica que Muriel cayó debido a los resbaladizo del asfalto por efecto de la lluvia en un tramo empinado de la carretera cerca de Küsnacht (en las afueras de Zurich) y terminó en un acantilado, donde se presume que permaneció durante más de una hora sin recibir ayuda.
    Los organizadores quedaron bajo la lupa, pues sólo después de percatarse que la joven debía haber tenido algún problema, decidieron intervenir y al encontrarla la trasladaron en un helicóptero sanitario hasta un hospital, aunque el mismo arribó casi dos horas después del inicidente, cuando ya era demasiado tarde para salvarla, según el sitio suizo "Blick".
    Más cruel y doloroso aún resulta todo al saberse que los ciclistas que competían en la misma prueba con Muriel volvieron a pasar por el lugar del incidente sin percatarse de la situación, a la que Lappartient evitó referirse escudándose en el hecho de que "hay una investigación en marcha y podría demandar tiempo llegar a una conclusión".
    Sí recordó que el ciclismo, a diferencia de otros deportes como el fútbol "no se disputa en un estadio cerrado, donde los riesgos son más limitados", al tiempo que recordó que la mayoría de los accidentes graves o mortales en esta disciplina ocurren mientras los ciclistas se entrenan.
    En memoria de la joven fallecida se osbervó hoy un minuto de silencio antes de ponerse en marcha las primeras competencias de ciclismo adaptado, mientras las banderas flameaban a media asta en señal de luto y algunos eventos previstos al margen de las pruebas fueron cancelados por idénticos motivos.
    Con una temperatura de diez grados centígrados, el Mundial sigue su marcha en condiciones climáticas similares a las de la jornada trágica que le costó la vida a Furrer (cuyos familiares dieron el visto bueno para que siga adelante a pesar del dolor), manchando una edición que por la dimensión de varios de sus protagonistas estaba llamada a ser histórica.
    Uno de los desafíos más esperados es el que animarán el esloveno Tadej Pogacar y el belga Remco Evenepoel, con el primero a un paso de igualar la hazaña de Eddy Merckx y Stephen Roche, hasta hoy los únicos ciclistas capaces de ganar en un mismo año (en 1974 y en 1987, respectivamente) el Giro de Italia, el Tour de Francia y el Mundial.
    Si Evenepoel resulta vencedor en la competencia de ruta que ya conquistó en 2022, celebraría un "póker" inédito habiendo ganado el oro olímpico en la prueba contrarreloj y en la de ruta en París, y el título en el Mundial en la contrarreloj.
    "Creo que será una lucha mano a mano con Pogacar, que es el más veloz", anticipa el belga antes de iniciarse la prueba en Winterthur que por sus características parece estar más adaptada al esloveno, quien no le escapa a la condición de favorito cuando afirma: "Es el sueño de todo ciclista y quiero ganarla".
    Pogacar no sólo competirá contra Evenepoel, sino también contra su compatriota Primoz Roglic, flamante ganador de la Vuelta a España que podría ser un gran aliado o uno de sus principales rivales, entre los que se suman el "crédito" local Marc Hirschi, y el defensor de la corona Mathieu Van der Poel, quien buscará recuperarse de una decepcionante actuación en los Juegos Olímpicos.
    "Tengo le ventaja de haber sido campeón mundial, lo cual era un objetivo en mi carrera y eso seguramente me dará tranquilidad", explicó el neerlandés, aún cuando admitió que "Remco y Tadej no se guardarán nada y viendo lo que lograron ambos este año creo que los dos merecen ganar el Mundial".
    Otro neerlandés que tomará parte en la competencia de Elite masculina es Rien Schuurhuis, de 42 años y ciudadano del Estado pontificio que participará representando al Vaticano por tercera vez en un Mundial, tras haber disputado el de 2022 en Australia y el de 2023 en Glasgow, Escocia (el del próximo año será en Ruanda).
    Mientras se prepara para competir con "el equipo del Papa" y comparte su estadía con los habitantes más vulnerables de Zurich: pobres, drogadependientes y prostitutas y pensando en la próxima edición mundialista, Schuurhuis recuerda que el equipo de "Athletica Vaticana" se comprometió a donar bicicletas a los niños ruandeses para facilitarles la tarea diaria de viajar hasta sus escuelas.
    "Esta misión representa para mí más que una medalla y que competir con fenómenos del ciclismo como Pogacar, Evenepoel y Van der Poel", confiesa.
   

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