Aubert, rodeada de varios atletas, apagó la antorcha paralímpica en el Stade de France, sede de una fiesta celebrada en la ceremonia de cierre al son de la música electrónica.
Al mismo tiempo, a pocos kilómetros de distancia, se apagó el famoso brasero, transportado por el globo aerostático iluminado hasta el jardín de las Tullerías, en el corazón de París.
"Francia tuvo una cita con la historia y respondió rápidamente.
Y si estas emociones fueron efímeras, el recuerdo de este verano histórico quedará grabado en nosotros", aseguró Tony Estanguet, presidente del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos.
Los Juegos Olímpicos, marcados por una ceremonia de apertura sin precedentes a orillas del Sena y luego por los Juegos Paralímpicos organizados por primera vez en Francia, fueron un éxito global, donde "Francia y los franceses estaban felices", subrayó Estanguet.
La satisfacción de Estanguet se vio justificada por la extraordinaria participación del público, pues se vendieron 12,1 millones de entradas entre los Juegos Olímpicos y Paralímpicos, un récord absoluto.
Al igual que ocurrió en la ceremonia del pasado de agosto, París 2024 cedió la bandera paralímpica a Los Ángeles 2028 en presencia de las alcaldesas de las dos ciudades, Anne Hidalgo y Karen Bass, respectivamente.
El Stade de France, bajo una lluvia que recordó la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos del pasado 26 de julio, se transformó luego en una inmensa pista de baile durante una hora de espectáculo con Jean-Michel Jarre y otros grandes nombres de la música electrónica, con los 4.400 atletas paralímpicos y voluntarios de fiesta por una última noche.
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