Después de un año de trabajo, establecieron el récord mundial al saltar desde 13 mil metros sobre el nivel del mar.
El récord anterior pertenecía al estadounidense Andy Stumpf, que saltó desde una altura de 10.973 metros el 26 de enero de 2019.
"Fue muy duro. Tengo 4.500 saltos, pero esto supera todo lo que he hecho hasta la fecha. Fue muy intenso, el frío, la velocidad, la máscara de oxígeno, el tiempo de caída libre", declaró Montagna minutos después del aterrizaje.
Desde hace 25 años, los paracaidistas argentinos están obsesionados con experimentar una y otra vez la inexplicable sensación de saltar desde un avión a miles de metros de altura y en caída libre.
Pero una cosa es hacerlo desde 2.000 o 3.000 metros, que es la experiencia "normal" de los saltadores tradicionales (una caída de 45 segundos, tiempo suficiente para sentirse insignificante ante la inmensidad planetaria) y otra adentrarse en la estratósfera conectado a tubos de oxígeno y a bordo de un avión que se parece a un cohete porque puede elevarse a más de 12.500 metros de altura en muy poco tiempo.
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