El presidente francés, Emmanuel Macron, declaró ofialmente inaugurados los Juegos Paralímpicos de París, que se pusieron en marcha y concluirán el 8 de septiembre en el Stade de France de Saint Denis.
El mandatario tomó la palabra tras los breves discursos de Tony Estanguet, presidente del Comité Organizador, y de Andrew Parsons, titular del Comité Paralímpico Internacional (IPC), como corolario de la ceremonia de apertura.
Esta vez, ni la lluvia, ni el río Sena fueron los protagonistas, como sucedió hace 33 días en la inauguración de los Juegos Olímpicos, pues las delegaciones desfilaron hoy por el bulevar de los Campos Elíseos rumbo a la Plaza de la Concordia Diecisiete días después del cierre de los Juegos Olímpicos, la "Ciudad de la Luz" vuelve a celebrar bajo el lema "Libertad, Igualdad y Fraternidad", con la palabra "inclusión" como estandarte y frente a unos 50 mil espectadores que son testigos preferenciales de la nueva fiesta de apertura.
El clima esta vez acompaña con temperaturas que rondan los 29 grados y se prevé bajarán hasta los 25 grados centígrados cuando la ceremonia concluya poco antes de la medianoche, coronando una jornada a pleno sol que recibió a los atletas.
La ceremonia, bautizada con el nombre de "Paradoxe" (Paradoja), estuvo a cargo de Thomas Jolly, el director artístico cuya puesta en escena en la apertura de los Juegos Olímpicos del 26 de julio generó algunas controversias.
Esta vez, la paradoja apuntó a la posibilidad de ver correr a un atleta amputado en una metrópoli que suele ser bastante hostil para con las personas con alguna discapacidad física.
Son cerca de 5.100 los atletas que desfilaron por los Campos Elíseos y con orgullo frente a la tribuna ocupada Macron y Parsons.
A escasa distancia de ambos se ubicó el presidente de la República de Italia, Sergio Mattarella, quien arribó hoy a París para presenciar la ceremonia y, a diferencia de aquella del 26 de julio, no debió soportar estoico bajo una lluvia inclemente.
Junto con Mattarella estaban la ministra de la Discapacidad, Alessandra Locatelli, y su colega de Deportes y Juventud, Andrea Abodi.
Mientras desfilaban con una sonrisa indisimulable en el rostro, los deportistas rechazaban el cliché que intenta considerarlos como "héroes" y recordaron a quien quisiera oírlos que son "sólo atletas".
La Plaza de la Concordia sirvió como escenario para la "Discordia", primer cuadro creado con varios pianos discordantes dirigidos por Chilly Gonzales, alrededor del obelisco, mientras unos 140 bailarines danzaban junto a 16 artistas con alguna discapacidad, en silla de ruedas o con muletas.
El cielo se iluminó con bengalas y bombas de humo blancas, rojas y azules que remiten a los colores de la bandera de Francia, un taxi conducido por el nadador paralímpico francés Théo Curin acompañado por la mascota "Phryge" pasaba zumbando y la voz de Edith Piaf renacía una vez más entonando "Je ne regrette rien" (No me arrepiento de nada) encarnada en Chris (Christine and the Queens, nombre artístico que utilizó hasta 2018 el cantante y compositor Héloise Letissier).
La "Patrouille de France" surcó los cielos antes de iniciarse el desfile de las delegaciones encabezadas por Afganistán, la primera de las 168 que participan en la cita y que marcharon rumbo a la Concordia, que albergará las competencias de los nuevos deportes urbanos como el skate, la BMX, el breakdance.
Entre las más aplaudidas por el público se destacó la delegación del equipo de Refugiados encabezada por su abanderado, el camerunés Guillaume Junior Atangana, quien encarna el sueño de medallas tras finalizar cuarto en los 400 metros T11 en los pasados Juegos de Tokio 2021.
Sonriente y entusiasmado, aplaudió Mattarella el paso de la delegación "azzurra" liderada por Ambra Sabatini y Luca Mazzone e integrada por 141 atletas, 26 más que en la anterior edición, que competirán en 17 disciplinas y con 51 deportistas que tendrán su bautismo de fuego en un Juego Paralímpico.
Italia intentará mejorar el récord de 69 medallas de Tokio (14 oros, 29 plateadas y 26 bronces), como prometió el presidente del Comité Paralímpico Italiano, Luca Pancalli, quien el jueves recibirá en la Villa al presidente Mattarella, de visita para compartir el almuerzo con los atletas antes de regresar a Roma.
Mientras la ceremonia transcurría, a escasos metros ardía el pebetero que también volverá a surcar los cielos de la ciudad tras ser encendido por Cyréna Samba-Mayela, única francesa que logró una medalla en atletismo en los Juegos Olímpicos, y por Ryadh Sallem, el jugador más representativo del equipo de rugby en silla de ruedas.
Allí finalizó el recorrido de la antorcha que encendieron hace pocos días los británicos Helene Raynsford y Gregor Ewan la localidad londinense de Stoke Mandeville, donde comenzó a tomar vida el proyecto de los Juegos Paralímpicos en 1948 tras la Segunda Guerra Mundial.
La llama atravesó luego el canal de la Mancha en manos de 24 estafetas británicos que la traspasaron a mitad del recorrido por el túnel que lo atraviesa a sus colegas franceses, quienes se encargaron de hacerla recorrer cerca de 50 ciudades en territorio nacional a lo largo de cuatro jornadas.
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Copyright ANSA