El boxeador palestino Waseem Abu Sal, uno de los abanderados de la delegación en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París, exhibió una casaca alusiva a los niños fallecidos por los bombardeos israelíes en Gaza, durante el desfile de las barcazas por el río Sena.
Abu Sal lucía una camiseta de color blanco con un dibujo estampado que mostraba aviones de guerra lanzando misiles sobre niños practicando deportes y declaró hoy: "Quise representar la imagen actual de la situación en Palestina".
"En mi país, los niños son martirizados y mueren bajo las ruinas, mientras muchos otros cuyos padres fueron asesinados quedan librados a su suerte, sin agua, ni comida", agregó el púgil que encabezó la delegación de Palestina, una de las más aplaudidas por el público durante el desfile.
"Fue un mensaje para reclamar por la paz y para atraer la atención", explicó Jibril Rajoub, presidente del Comité Olímpico Palestino, quien explicó que verificó con el Comité Organizador de los Juegos que la casaca de Abu Sal no violó el reglamento olímpico.
Según el directivo, la iniciativa del púgil fue "un mensaje contra la guerra y contra los asesinatos y está en línea con la Carta Olímpica. Lo habíamos anticipado y ellos lo aprobaron", aclaró Rajoub.
La presencia en París Abu Sal, que participa de los Juegos de París por una invitación especial del Comité Olímpico Internacional (COI) y competirá en la categoría peso pluma, fue respaldada en Italia con un proyecto denominado "Boxeo contra el asedio", que incluye un intercambio deportivo entre boxeadores de ambos países.
El COI prohíbe las manifestaciones políticas en los sitios en los que se disputan las competencias, así como en las ceremonias de apertura y de clausura de los Juegos, pero no impide que los atletas realicen declaraciones políticas en las conferencias de prensa o en las redes sociales.
La delegación de Palestina, integrada por apenas ocho deportistas, intenta aprovechar la difusión mediática que ofrecen los Juegos para denunciar el genocidio de la población en Gaza, donde la represalia del ejército israelí al ataque perpetrado por Hamas el 7 de octubre dejó un saldo estimado de 40 mil muertos, en su mayoría civiles y mujeres y niños.
También los atletas argelinos dijeron lo suyo en el desfile de la ceremonia de apertura al arrojar flores al Sena para homenajear a las víctimas de la denominada "Masacre de París", perpetrada el 17 de octubre de 1961 por la policía de la capital francesa que comandaba Maurice Papon contra una manifestación pacífica en el marco de la guerra por la independencia.
Las fuerzas policiales comandadas por Papon masacraron durante una sangrienta represión a los argelinos que habitaban en París y salieron a manifestarse a las calles mientras regía el toque de queda decretado por el gobierno francés del general Charles De Gaulle, con un saldo no precisado que algunos analistas estiman en cerca de 300 muertos.
Muchos de los manifestantes fueron torturados y otros se ahogaron al ser arrojados al Sena, aunque los crímenes quedaron impunes debido a una ley de amnistía que el propio gobierno de De Gaulle sancionó en 1966.
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