Como había prometido, la ministra de Deportes francesa, Amélie Oudéa-Castéra, se zambulló hoy en las aguas del río Sena para refrendar que los trabajos de saneamiento de las mismas resultaron exitosos considerando que allí se celebrará no sólo la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París, sino varias competencias acuáticas.
A menos de dos semanas del inicio de la cita y tras diversos exámenes que arrojaron escasos resultados debido a las lluvias, las autoridades locales anunciaron el viernes que las aguas del río que atraviesa la capital francesa estaban dentro de los estándares establecidos para que quienes se bañen en ellas no corran riesgos durante "diez u once días" en las últimas 12 jornadas.
Oudéa-Castéra, de 46 años y con pasado como tenista profesional, se sumergió en el Sena a metros del Puente de los Inválidos, cercano al Puente Alejandro III donde tendrán lugar las competencias olímpicas de natación en aguas abiertas y de triatlón.
Enfundada en un traje de buceo de neoprene negro y con gafas protectoras, la ministra sufrió un pequeño resbalón cuando se zambullo acompañada por el abanderado nacional del equipo paralímpico, Alexis Hanquinquant, pero el hecho no alcanzó para empañar su gesto simbólico que refrendó que las aguas del Sena son seguras para los competidores y lo serán para los bañistas una vez finalizados los Juegos.
Para ello resultará clave el cambio de condiciones climáticas producto del verano, cuando las intensas lluvias de las últimas semanas no irrumpirán en escena, elevando los niveles de contaminación al impedir que fluyan las aguas residuales, como sucedió en los últimos días.
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