Se trata de una idea "histórica", según destacó el premier británico Rishi Sunak, que ya está en el Parlamento como proyecto de ley en vías de ser aprobado.
El IFR, se explicó, tendrá tres objetivos: mejorar la sostenibilidad financiera de los clubes, garantizar la resiliencia económica de todos los campeonatos y cuidar el patrimonio del fútbol inglés.
Pensado como "activo estratégico del país, que corre riesgo de ser comprometido por propietarios sin escrúpulos, que no pagaron las consecuencias de su mala gestión, llevando a la quiebra a clubes como Bury y Macclesfield Town", explicó en su momento Sunak.
Sólo en esta temporada, a la espera del inicio oficial del IFR, dos clubes de la Premier League (Everton y Nottingham Forest) fueron penalizados con la quita de puntos por haber violado las reglas del Fair-Play Financiero de la Premier League.
La normativa se volverá más estricta en su aplicación para bloquear el acceso a competencias definidas como "separatistas" como el proyecto de la Superliga europea, implementando controles más severos para propietarios y administradores, con nuevos poderes de apoyo sobre la distribución de los recursos económicos.
El nuevo esquema - que surgió de un análisis de un grupo de simpatizantes - deberá verificar que el modelo y la estructura financiera de cada club sean adecuados, condición indispensable para su inscripción en cualquier campeonato profesional.
Desde su fundación en 1992, un total de 64 clubes de la Premier League precisaron una intervención para una administración controlada.
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