El canciller italiano, Antonio Tajani, encabezará mañana los actos de conmemoración del trigésimo aniversario del fallecimiento del tricampeón mundial brasileño Ayrton Senna y del piloto austríaco Ronald Ratzenberger, ocurridos durante las pruebas de clasificación y el Gran Premio de San Marino de Fórmula 1 en Imola.
Tajani estará acompañado por los ministros de Relaciones Exteriores de Brasil y de Austria, Mauro Vieira y Alexander Schallenberg, respectivamente, durante una ceremonia en la que participarán Gian Carlo Minardi, presidente de Fórmula Imola S.p.A; Stefano Bonaccini, gobernador de la región de Emilia-Romagna; Angelo Sticchi Damiani, presidente del Automóvil Club Italiano (ACI), y el padre de Ratzenberger.
El homenaje a los pilotos malogrados en aquel trágico Gran Premio contempla también que sea observado un minuto de silencio en su memoria y que se depositen ofrendas florales en la Curva Tamburello y en la Curva Villeneuve del circuito en las que se produjeron los accidentes que les costaron la vida.
"Mañana, en Imola, recordaremos a Senna y Ratzenberger, cuyos trágicos finales generaron enorme dolor en millones de aficionados de todo el mundo. Su sueño deportivo sigue vivo hasta el día de hoy y une a los países, creando puentes entre los pueblos", afirmó Tajani, quien aprovechará la ocasión para debatir con Vieira cuestiones bilaterales y puntos de convergencia acerca de las prioridades de las presidencias del G7 y del G20.
La ceremonia, que contará con la presencia de autoridades y personalidades de la Fórmula 1, se realizará en el autódromo Enzo y Dino Ferrari, escenario de aquellas trágicas jornadas en las que perdieron la vida Ratzenberg, de 33 años, durante las pruebas de clasificación, y Senna, un año mayor, que un día después sufriría idéntico destino durante el Gran Premio en un trazado.
Casi a modo de presagio, en la primera práctica libre de aquella que fue la tercera competencia de la temporada, el también piloto brasileño Rubens Barrichello, que por entonces tenía 21 años de edad, sufrió también un espectacular despiste al comando de su Jordan cuando giraba a 225 kilñómetros por hora antes de impactar contra un muro de contención.
"Estuve muerto durante seis minutos", relataría luego el ex piloto de Ferrari, Williams, Honda y Brawn GP que aquel año no compitió en el fatídico Gran Premio de San Marino, al recordar en una entrevista con "Motorsport" la experiencia que vivió aquella tarde en la que sufrió una fractura del tabique nasal y lesiones en las costillas.
No tuvo tanta suerte Ratzenberg al día siguiente, cuando buscaba mejorar su tiempo al comando de su Simtek S94-Ford tras perder un alerón, su máquina se tornó ingobernable hasta estrellarse a más de 300 kilómetros por hora contra un muro en la curva Gilles Villeneuve, un llamado de atención para todos que, sin embargo, no interrumpió la acción al día siguiente.
Según recordaron sus allegados, Senna quedó muy impresionado con el accidente de su colega austríaco y expresó su desconfianza respecto de las garantías que ofrecía el trazado, pese a lo cual disputó el Gran Premio aquel fatídico domingo 1 de mayo de 1994 en el que perdió también la vida, marcando un antes y un después en lo que hace a la seguridad en la máxima categoría.
Si bien la muerte del tricampeón mundial brasileño no sería la última, las cosas comenzaron a cambiar en la Fórmula 1 de la mano del antiguo propietario de los derechos Bernie Ecclestone y de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) que presidía Max Mosley, una época en la que se instituyó la "FIA Expert Advisory Safety Committee" (un comité a cargo de velar por la seguridad de los pilotos).
A 30 años de la tragedia en Imola, la categoría lleva dos décadas sin tener que lamentar más muertes de sus protagonistas.
La última fue la del francés Jules Bianchi, quien se accidentó el 5 de octubre de 2014 durante el Gran Premio de Japón que se disputaba bajo la lluvia, al impactar contra una grúa que retiraba de la pista el bólido de su colega Adrian Sutil, y falleció nueve meses después, el 17 de julio de 2015, a poco de cumplir 26 años.
Desde entonces, la Fórmula 1 implementó medidas claves en materia de seguridad que incluyen cabinas de supervivencia mejoradas; el sistema Halo, que protege a los pilotos en caso de vuelcos, o el Hans Device, el protector que utilizan en el cuello para evitar lesiones en la columna vertebral y que se confirmaron efectivas al igual que la prohibición de reabastecerse de combustible en plena competencia.
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