"Una buena educación física es un buen requisito previo para una vida espiritual y social aceptable. En el entorno penitenciario, el deporte cumple, junto con el trabajo, una función esencial: liberar al recluso del aburrimiento y la depresión", afirmó Nordio.
"La dirección constitucional es apuntar a la reeducación del preso y estoy convencido de que si ampliamos la práctica del deporte en las cárceles podríamos reducir el número de suicidios", confió el ministro.
El protocolo firmado este martes busca "facilitar la actividad deportiva" porque, explicó Nordio, "necesitamos encontrar formas flexibles de facilitar la actividad deportiva que no sean sólo el campo de fútbol, ;;lo cual no es fácil de lograr".
"La actividad que estamos iniciando apunta a la reeducación de los condenados; tener cero reincidencia significa también empezar a reducir el hacinamiento en las cárceles. El nuestro no es un deseo represivo, sino orientado a la función reeducativa.
El deporte puede ser esencial en esto", concluyó Nordio.
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