El neerlandés Mathieu Van der Poel se adjudicó la edición número 121 de la París-Roubaix y revalidó el título que conquistó el año pasado en la tercera de las cinco citas consideradas "monumentos del ciclismo".
Van der Poel, pedalista del equipo Alpecin-Deceuninck, se impuso con un tiempo de 5 horas, 25 minutos y 58 segundos para convertirse además en el primer campeón mundial en ganar la París-Roubaix y el Tour de Flandes desde 1962, cuando el belga Rik Van Looy conquistó ambas pruebas en las mismas condiciones.
El neerlandés antecedió por 2'57" al belga Jasper Philipsen, también del equipo Alpecin-Deceuninck, y al danés Mads Pedersen (Lidl-Trek).
La mala noticia de la jornada la protagonizó el italiano Elia Viviani, quien debió ser trasladado en una ambulancia tras protagonizar una caída, entre otros, con sus compatriotas Jonathan Milan y Alberto Bettiol.
Viviani y Milan abandonaron la carrera, mientras que Bettiol pudo completar el recorrido de la cita, la tercera de las cinco "monumento" que completan la Milán-San Remo, el Tour de Flandes, la Lieja-Bastoña-Lieja y el Giro de Lombardía.
El equipo Ineos informó que a Viviani, campeón olímpico en Río 2016, se le detectó sólo un fuerte golpe en la espalda en el hospital al que fue trasladado, mientras que los médicos de la formación Lidl-Trek reportaron que Milan "sufrió abrasiones en la piel y una presunta conmoción cerebral leve".
"También tiene dolores en la cabeza, el cuello y la cadera. ¡Recupérate rápido, Johnny!", completa el mensaje de Lidl Trek en su cuenta de X sobre Milan, que integró la formación italiana que ganó la medalla de oro en la prueba de persecución por equipos de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
Por su parte, el neerlandés Dylan van Baarle, ganador de la edición 2022 de la cita, ni siquiera pudo comenzar la París-Roubaix por una indisposición anunciada a última hora por el equipo Visma-Lease, que llegó a la carrera con las sensibles bajas del belga Wout Van Aert y del estadounidense Matteo Jorgenson.
Las ausencias de Van Aert y de Jorgenson favorecieron a Van der Poel, de 29 años y quien volvió a cruzar la meta delante de Philipsen como en 2023.
"Quería hacer la carrera difícil desde lejos y poner esfuerzo en las piernas de los oponentes. Así que comencé a unos sesenta kilómetros de la meta porque me sentía muy bien", afirmó Van der Poel, primer bicampeón consecutivo de la cita desde las coronaciones del belga Tom Boonen en 2008 y 2009.
"Tuve un gran día y nunca tuve miedo de que me pudiera pasar algo, aunque en Roubaix los imprevistos, como los pinchaduras, siempre están a la vuelta de la esquina. Pero cuando puse suficiente ventaja entre mí y los demás me sentí más tranquilo. Hoy no sentí cansancio y me sentí bien todo el día", completó el neerlandés.
"Esta temporada me siento súper motivado porque quiero vestir la camiseta arcoíris de la mejor manera posible y ahora estoy disfrutando de este momento. Ganar en el velódromo con el maillot arcoíris fue hermoso. También correré en Lieja y agradezco a Philipsen el gran trabajo que realizó. Le deseo que también gane algún día la París-Roubaix", concluyó Van der Poel.
Más tarde, el neerlandés reveló en redes sociales que alguien le arrojó un objeto que parecía una gorra de color blanco hacia una de las ruedas de su bicicleta para provocarle una caída.
"Vi algo blanco arrojado detrás de mí, pero no pude decir qué era. Obviamente no a todos les gusta que yo esté liderando la carrera, pero a mí no me importa", escribió Van der Poel al comentar un video en el que se ve esa secuencia.
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