Resistente a todo

Djokovic remontó frente a Rublev y jugará la final con Dimitrov

Djokovic sacó pasaje a la final en París (foto: ANSA)
Djokovic sacó pasaje a la final en París (foto: ANSA)

   (ANSA) - ROMA, 4 NOV - "Tengo un virus estomacal que me hizo sentir terrible en los últimos días, pero logré encontrar la fuerza y la energía para jugar", resumió el serbio Novak Djokovic, quien a pesar de todo sacó pasaje a su novena final en el Masters 1000 de París-Bercy, el último del año que quiere cerrar como número uno del mundo.
    Y como tal, "Nole" demostró en cancha ese carácter necesario para sobreponerse una vez más ante la adversidad en un torneo que no le fue fácil en esta oportunidad y en el que irá mañana en busca de su séptima corona frente al búlgaro Grigor Dimitrov, vencedor del griego Stefanos Tsitsipas más temprano.
    La clave de su éxito es "no rendirme nunca, luchar y creer, como sucedió hoy y ojalá suceda también mañana", confesó Djokovic tras su victoria frente al ruso Andrey Rublev, quinto del ranking, que se impuso por 7-5 en el primer set y por un momento lo tuvo al borde del nocaut.
    Pero, como suele hacerlo, el serbio resurgió de sus cenizas y con esa fuerza de voluntad que lo llevó a convertirse en el primer tenista masculino en ganar 24 títulos de Grand Slam, sacó el partido adelante, se impuso en el tie break por 7-6 (7/3) y lo remató con un 7-5 para llevarse el boleto luego de poco más de tres horas de juego.
    Djokovic, que había dejado en el camino previamente al noruego Holger Rune, su "verdugo" en la final del año pasado, irá ahora por más gloria y por su séptima corona en un torneo que conquistó por primera vez en 2009 y en el que repitió halago en 2013, 2014, 2015, 2019 y en 2021 y en el que busca su cuadragésima consagración en un Masters 1000.
    No sin antes reconocer los méritos de su rival, de quien destacó: "Rublev me tuvo asfixiado como una serpiente asfixia a una rana durante la mayor parte del partido. Jugó en gran nivel, como siempre o tal vez mejor inclusive. Creo que nunca me había costado tanto ganarle".
    El camino de Djokovic en esta edición fue de espinas casi desde el inicio pues sólo en el estreno ante el argentino Juan Martín Etcheverry logró imponerse en sets corridos, tras lo cual necesitó siempre de tres para dejar atrás al neerlandés Tallon Griekspoor, a Rune y a Rublev.
    De este último desafío destacó: "Obviamente, resultó crucial ganar el segundo set y eso me ayudó mucho para vencer a Andrey, que en el tercero estuvo muy acertado con el servicio cuando lo necesitaba, pero al final cometió una doble falta desafortunada para él y por suerte para mí".
    Mañana lo espera un nuevo desafío, pues si alguien parece estar en condiciones de darle dura batalla es el búlgaro Dimitrov, de destacada actuación en el torneo que derrotó en el inicio de la jornada a Tsitsipas, sexto del ranking, por 6-3, 6-7 (7/1) y 7-6 (7/3) tras dos horas y 32 minutos.
    Dimitrov, de 32 años y quien inicio el certamen en el decimoséptimo escalón del escalafón, ya se aseguró el decimocuarto puesto y, en caso de consagrarse en París trepará al duodécimo.
    El búlgaro jugará su segunda final de un Masters 1000, a seis años de haber disputado y ganado la primera de su carrera en Cincinnati.
    "Estoy realmente muy feliz de haber logrado superar este partido de esta manera", destacó Dimitrov al reconocer que "luego del tie-break las cosas se pusieron muy complicadas".
    "Para poder superar a Stefanos tuve que arriesgar porque era la única manera de derrotarlo", confesó antes de afirmar: "No voy a llorar, pero estoy muy emocionado. Estoy viviendo este momento y me divierto, pero cada victoria significa más y más para mí".
    El historial frente a Djokovic no lo favorece, pues en 12 enfrentamientos Dimitrov sólo pudo celebrar cuando chocaron en el Masters 1000 de Madrid de 2013, cuando se impuso al cabo de tres sets.
    El resto fue todo del serbio, que lo derrotó en 11 oportunidades, dos de ellas en el Masters 1000 de París-Bercy, en octavos de final en 2016 al cabo de tres sets, y en semifinales en 2019, en esa ocasión en sets corridos.
    El de mañana será también el tercer duelo que animarán este año, después de chocar en el Abierto de Australia y en el más reciente Masters 1000 de Roma, ambos con victorias del serbio, que mañana irá por más ante un Dimitrov que espera sorprenderlo y refrendar que, como dice el dicho, "la tercera es la vencida".
    (ANSA).