Rapinoe afronta uno de sus últimos retos como profesional
(ANSA) - SAN DIEGO, 4 NOV - Megan Rapinoe, emblema del fútbol femenino y de la lucha por la igualdad, disputará mañana el que podría ser su último partido como profesional.
La bicampeona mundial y campeona olímpica con la selección estadounidense, de la que se despidió a fines de septiembre, saldrá al ruedo con OL Reing para enfrentar a San Diego Wave por el pasaje a la final del campeonato nacional femenino, la NWSL.
Si su equipo logra pasar el corte, la delantera que celebró dos Copas del Mundo (Canadá 2015 y Francia 2019) y el oro olímpico (Londres 2012) irá en busca de su último título en San Diego, el 11 de noviembre.
Rapinoe, una figura controversial dentro y fuera de las canchas con una envidiable coherencia a la hora de defender sus valores, fue clave en la clasificación del equipo de Seattle a las semifinales.
La delantera, que celebró 63 goles en 203 partidos con la selección nacional, marcó un doblete que terminó dándole el boleto a OL Reing frente al Angel City FC en cuartos de final hace dos semanas.
Su próximo reto es sin dudas uno de los más duros que tendrá que enfrentar, pues San Diego fue el mejor equipo de la temporada regular en la NWSL.
Enfrente, Rapinoe tendrá a una ex compañera de selección: Alex Morgan, otra de las grandes figuras del fútbol femenino estadounidense con la que disputó cuatro Mundiales.
Para la delantera se trata de una posibilidad única porque jamás se consagró campeona en la NWSL, torneo que nació en 2013 y en el que sufrió dos derrotas en finales (2014 y 2015).
Su figura trascendió el juego propiamente dicho pues además de brillar en cancha lo hizo también defendiendo los derechos de la comunidad LGBTQ+, así como el de las mujeres a cobrar igual salario que los varones, lucha que se plasmó al quedar equiparados los premios de las selecciones nacionales masculina y femenina.
Rapinoe también aprovechó su popularidad para poner sobre el tapete situaciones polémicas como la violencia policial contra la población afroestadounidense, arrodillándose en el centro del campo de juego a modo de protesta cuando suena el himno nacional.
Un gesto que inmortalizó el ex mariscal de campo Colin Kaepernick y que solía ponerle los pelos de punta al entonces presidente Donald Trump, a quien Rapinoe supo dejar "plantado" cuando invitó a celebrar en la Casa Blanca a la selección femenina tras la obtención de una Copa del Mundo. (ANSA).