Hipótesis se baraja por violencia entre hinchas de Fluminense y Boca Jrs
(ANSA) - RIO DE JANEIRO, 3 NOV - La final de la Copa Libertadores que Fluminense y Boca Jrs animarán mañana en el estadio Maracaná podría jugarse a puertas cerradas en virtud de los graves incidentes ocurridos en los días previos al partido entre fanáticos de ambas parcialidades en Río de Janeiro, según se anticipa.
La Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) convocó a una reunión de urgencia en un hotel de Barra da Tijuca para evaluar la situación a definir las medidas a adoptar, entre las cuales se destaca la posibilidad de disputar la gran final sin público.
El sitio de TyC Sports de Argentina, sin embargo, anticipó que fuentes de la propia Conmebol aseguraron que resulta imposible que la final de la Copa Libertadores se juegue a puertas cerradas, al tiempo que atribuyeron lo ocurrido a fallas en el operativo de seguridad desplegado en la ciudad ajenas a la entidad.
En diálogo con el mismo canal, el ex futbolista colombiano Mauricio Serna, actual integrante del Consejo de Fútbol del club argentino, descartó también la posibilidad de que el partido se postergue: "Lo veo muy difícil a tan poco tiempo de que se dispute", afirmó.
Al parecer, la noticia de una posible final a puertas cerradas apunta a sensibilizar a la opinión pública y a poner fin a la escalada de violencia entre las parcialidades de ambos clubes.
La Conmebol también lanzó un llamado a "cesar la violencia" que estalló en las playas cariocas hace algunos días con la llegada de los fanáticos "xeneizes", agredidos en la víspera en Copacabana por los simpatizantes de Fluminense y también por la policía, que intervino tarde y los reprimió con gases y balas de goma, según coinciden varios testigos citados por los medios.
Al menos tres personas fueron arrestadas en el marco de esos desmanes, dos de ellos argentinos y uno brasileño, pero se desconoce aún cuántas personas resultaron heridas durante la gresca y la posterior represión policial en cercanías del "Posto 2", cerca de la "Fan Zone".
Unos 150 mil fanáticos "xeneizes" arribaron a Río de Janeiro, razón por la cual las autoridades decidieron abrir el "Sambódromo", como sucedió en el Mundial de 2014 antes de la final que Argentina y Alemania disputaron también en el Maracaná.
Algunos aficionados de Flamengo, clásico rival de Fluminense, y del también carioca Vasco da Gama, se sumaron a los aficionados argentinos y desde Buenos Aires los líderes de la temible "12", la barra brava de Boca, anunciaron que viajará a Río en las próximas horas para proteger a sus pares y ajustar cuentas con los ultras de Fluminense.
Mientras tanto, la Conmebol se reúne para decidir los pasos a seguir junto con representantes de las fuerzas de seguridad y dirigentes de Fluminense y Boca Jrs, además de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) y de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA). (ANSA).