(ANSA) - GENOVA, 18 OTT - Gian Piero Gasperini, actual DT del
Atalanta, reveló que renunció como entrenador del Genoa ante las
"graves protestas" de "tifosi" del club, quince de los cuales
fueron enviados a juicio acusados de chantaje a la institución
presidida entonces por Enrico Preziosi.
"Las protestas fueron bastante graves, no tanto por el número
sino por la dureza. Hablé de ello con el presidente Preziosi,
quien me dijo que las protestas terminarían tan pronto como
llegaran los resultados", narró Gasperini.
"Con un clima como éste, es obvio que estás buscando una
solución. Y la solución fue que me fuera al Atalanta, pero no me
despidieron", recordó el entrenador en la sala del tribunal de
Génova, donde los fanáticos del Genoa afrontan el juicio por
supuesta extorsión de 2010 a 2017 a los antiguos propietarios,
entre ellos Preziosi.
"Entrené hasta el final. Después del derbi un grupo de
aficionados vino a Pegli, pero el club, creo que el director del
equipo, me dijo que sólo querían ver al equipo, no a mí", añadió
Gasperini.
Luego declaó Darío Dainelli, ex jugador del Genoa quien recordó
que "una delegación entró al club", pero no precisó qué les
dijeron, sólo que "querían más compromiso del equipo".
"No sufrí ningún acto de violencia. Pero me fui porque ya no me
sentía apreciado", explicó Dainelli.
En un momento de pausa, el histórico líder ultra del Genoa,
Massimo Leopizzi, uno de los acusados, salió de la sala diciendo
"es un proceso para cuatro pancartas y parece que están juzgando
a Totó Riina", en alusión a un mafioso italiano considerado como
uno de los más famosos miembros de la "Cosa Nostra".
La investigación contra los 15 ultrás del Genoa fue desarrollada
por la diputada Francesca Rombolá y el fiscal adjunto Francesco
Pinto, y había involucrado a Massimo Leopizzi, Artur Marashi y
Fabrizio Fileni, acusado de asociación delictuosa con fines de
extorsión y violencia privada por haber extorsionado al club por
unos 327 mil euros.
Desde noviembre de 2021, Genoa cambió de manos y los nuevos
propietarios son los dueños de la empresa estadounidense 777
Partners.
El cambio de propiedad supuso el cambio de presidente y director
general, así como de otras altas figuras directivas.
Según los investigadores, el grupo de aficionados obligó al
club, en la persona del ex director general Alessandro Zárbano,
con amenazas, a pagar el dinero mediante facturación por
operaciones inexistentes a favor de Sicurart, empresa de la que
Leopizzi era compañero oculto.
El grupo también está acusado de atacar a jugadores y
entrenadores cuando no ganaron partidos o no jugaron como
querían.
Los ultras, según la acusación, impusieron la "paz en la
afición" a cambio de dinero.
Los acusados ;;son defendidos, entre otros, por los abogados
Riccardo Lamonaca, Davide Paltrinieri, Stefano Sambugaro,
Elisabetta Feillene, Riccardo Passeggi y Laura Tartarini.
Entre los episodios polémicos se refieren las amenazas e
intimidaciones a otros simpatizantes que no respetaron las
directivas de Leopizzi sobre el comportamiento a observar dentro
del estadio, cuando por ejemplo se decidió no entrar en señal de
protesta o por el contrario para desafiar a los jugadores.
(ANSA).
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