Tras un recorrido inicial por Cortina D'Ampezzo, iniciado por Kristian Ghedina, la llama fue pasando de mano en mano entre los atletas hasta llegar a Belluno, entre los cuales se destacó el general Lorenzo Cappello, de 102 años de edad y quien en 1956 estuvo entre aquellos que dieron vida a los Juegos y encendió el pebetero en la pista de Tofane Al Duca d'Aosta con aquella histórica antorcha.
"Pasan los años, las décadas, pero la pasión sigue encendida", afirmó hoy Capello, general retirado de la Policía de Estado y comandante de la Escuela Alpina de Moena, Trento.
"Este viaje en el tiempo siguiendo la llama olímpica es realmente algo increíble", dijo por su parte Luca Zaia, presidente del Véneto, región del noreste de Italia cuya capital es Venecia.
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