La IBA desafía al boicot

La IBA desafía boicot contra Mundiales de boxeo (foto: ANSA)
La IBA desafía boicot contra Mundiales de boxeo (foto: ANSA)

   (ANSA) - ROMA, 17 FEB - A una semana de cumplirse un año del estallido de la guerra entre Rusia y Ucrania, el conflicto bélico vuelve a convertirse en eje de una controversia que atraviesa al deporte.
    Más precisamente al boxeo, donde se dirime una disputa política que tiene por un lado a la Asociación Internacional de Boxeo (IBA) y por el otro a las federaciones de seis países que impulsan un boicot contra los Mundiales femenino y masculino organizados por esa entidad.
    "La IBA pondrá su máximo compromiso y hará todo lo posible, incluida ayuda financiera, para garantizar que todos los atletas de las federaciones que impulsan este boicot estén en condiciones de pelear por la gloria y alcanzar su sueño de convertirse en campeones mundiales si así lo desean", afirmó George Yerolimpos.
    El dirigente griego, que fue electo como secretario general de la entidad a fines de septiembre, salió al cruce de lo expresado por los directivos de las seis federaciones nacionales que impulsan el boicot contra los Mundiales fenemino y masculino que se celebrarán en India y en Uzbekistán del 15 al 31 de marzo y del 1 al 14 de mayo, respectivamente.
    Se trata de Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, República Checa, Suecia e Irlanda, todas ellas con vasta tradición en el deporte de los puños, que optaron por el boicot a modo de protesta por la presencia de los púgiles rusos y bielorrusos en ambas citas y pudiendo competir bajo su bandera nacional.
    "Debemos dar un mensaje fuerte y por eso no podemos aceptar que Rusia y Bielorrusia estén presentes con sus equipos nacionales", destacó Ryan O'Shea, presidente de la federación canadiense.
    "No podemos aceptar tampoco el modo de operar de la IBA", agregó O'Shea en alusión a una entidad que regula la actividad amateur y que debido a algunos escándalos fue intervenida por el Comité Olímpico Internacional (COI), que le retiró el manejo del torneo de boxeo en los Juegos Olímpicos que se celebraron en Tokio en 2021 y también en los próximos que albergará París en 2024.
    El COI incluso evalúa la posibilidad de que el boxeo no forme parte del programa olímpico en la próxima edición, como sucederá a partir de la que realizará Los Angeles en 2028.
    Umar Kremlev, presidente de la IBA, advertía a fines del año pasado que la decisión del COI de marginar a este deporte de los Juegos Olímpicos responde a "razones políticas", destacando que "discriminar en funcion de la nacionalidad va en contra de la Carta Olímpica".
    "Los Juegos Olímpicos son un activo deportivo global que pertenece a los atletas de todas las disciplinas y no pueden ser una herramienta de extorsión a las federaciones deportivas internacionales, como está sucediendo inaceptablemente", decía también.
    Mientras tanto, el COI afronta hoy un espinoso debate relacionado con la eventual readmisión de los deportistas rusos y bielorrusos en la próxima edición de los Juegos, como atletas neutrales, opción que tampoco acepta Ucrania, que evalúa la posibilidad de convocar también a boicotear la cita.
    El escenario se repite en esta oportunidad, con algunos matices, en los Mundiales de boxeo, aunque no hay buenos y malos en esta historia, sino en realidad un conflicto de intereses.
    La postura de la IBA, al permitir que los púgiles de Rusia y Bielorrusia compitan en ambas citas bajo su propia bandera nacional, parece relacionada en realidad con el millonario contrato de patrocinio que tiene con el gigante ruso Gazprom.
    De allí que la entidad se haya comprometido a financiar de su propio bolsillo el viaje de los deportistas de los seis países que decidan darle la espalda al boicot impulsado por sus federaciones.
    Kremlev no dudó en calificar de "hienas y chacales" a los dirigentes de esas federaciones, mientras que Yerolimpos consideró que "decidieron utilizar la geopolítica como herramienta para manipular cuestiones internas del boxeo, violando el código de disciplina y ético".
    Por eso considera que atletas, entrenadores y funcionarios de los seis países que impulsan el boicot no son los responsables del juego político que llevan adelante sus federaciones nacionales. (ANSA).