Audiencia con deportistas del Vaticano

(ANSA) - CIUDAD DEL VATICANO, 09 FEB - El papa Francisco destacó "el sano espíritu competitivo como actividad que puede contribuir a la maduración del espíritu" en una audiencia con miembros de la Asociación Amateur "Deporte en el Vaticano", con motivo del 50 aniversario de la fundación y del establecimiento del campeonato de fútbol del Vaticano, organizado por primera vez en 1972.
    En particular, el Pontífice indicó tres reglas fundamentales para el deportista: "entrenamiento, disciplina, motivación".
    "En primer lugar, el entrenamiento. Uno piensa inmediatamente en el cansancio, el entrenamiento es trabajo duro, sudor, sacrificio. En la base de esto está la pasión por el propio deporte. Una pasión gratuita, el llamado 'amateurismo', de amateur, que expresa el amor por una determinada actividad", explicó Francisco.
    "En italiano se dice 'diletante', que a veces ha tomado un sentido reduccionista, pero que deriva de 'diletto', es decir del placer con que se realiza una actividad. Y si existe esta actitud, la competencia es sana; de lo contrario, si prevalecen intereses de diversa índole, la competencia se estropea, a veces incluso se corrompe. El amateurismo es la clave del deporte", subrayó el Santo Padre.
    Luego está la disciplina, continuó Francisco, "que es un aspecto de la educación, del entrenamiento. Un atleta disciplinado no es sólo aquel que observa las reglas. Por supuesto, esto es importante, debe haberlo. Pero la disciplina llama al discípulo, es decir, el que quiere aprender, el que no se siente 'llegado' y capaz de enseñar a todos", resaltó.
    Según el Papa, "el verdadero deportista busca siempre aprender, crecer, mejorar. Y esto requiere, de hecho, disciplina, es decir, la capacidad de dominarse a sí mismo, de corregir la impulsividad que todos tenemos, más o menos. La disciplina entonces permite que cada uno haga su parte y que el equipo exprese lo mejor del conjunto", remarcó.
    Por último, la motivación: "En una carrera, lo que da el empujón, lo que lleva a un buen resultado, es la motivación, una fuerza interior. La comprobación no se hace sobre el resultado numérico, sino sobre los fieles y coherentes que hemos sido a nuestra llamada", enfatizó.
    "Y, hablando de motivación, quisiera añadir una cosa para vosotros que sois los deportistas del Vaticano: vuestra manera de hacer equipo y colaborar puede ser un ejemplo para el trabajo en los dicasterios y entre los dicasterios de la Curia, así como en las Direcciones del Estado Vaticano. Una vez más el deporte es metáfora de la vida", concluyó Francisco. (ANSA).