A la sombra del boicot

Bach, presidente del COI, junto a Estanquet, titular del Comité Organizador de París 2024 (foto: ANSA)
Bach, presidente del COI, junto a Estanquet, titular del Comité Organizador de París 2024 (foto: ANSA)

   (ANSA) - ROMA, 2 FEB - La guerra entre Rusia y Ucrania abrió un frente de batalla también en el deporte, incrementando el debate en torno a un posible boicot impulsado por Kiev contra los Juegos de París 2024 en caso de que el Comité Olímpico Internacional (COI) decida readmitir a los atletas rusos y bielorrusos en la cita.
    "Mi opinión respecto de ciertas frases es obviamente negativa porque resultan destructivas y apuntar a golpear al deporte en general", destacó hoy el ministro de Deportes ruso, Oleg Matytsin, al aludir a la iniciativa impulsada por Ucrania, que mañana se reunirá para debatir la hipótesis del boicot.
    "Creemos que cualquier tipo de boicot es apenas un vehículo ciego que atenta contra el desarrollo del deporte y genera daños no sólo para el hoy, sino a largo plazo", destacó Matytsin en alusión a la idea de su par ucraniano, Vadym Guttsait, que por cierto no contribuye por cierto a distender los ánimos.
    El Comité Olímpico ucraniano, presidido justamente por Guttsait, abordará la cuestión mañana contemplando la posibilidad de que los atletas rusos y bielorrusos sean admitidos en París 2024, incluso si lo hacen bajo la modalidad de "neutrales", como sucedió en Río 2016 y en Tokio 2020 (se desarrollaron en 2021 por la pandemia), aunque por motivos de otra índole (la sanción por Doping de Estado que la IAAF, hoy World Athletics, le aplicó a Rusia).
    Como si algo faltara para incrementar las tensiones entre el Kremlin y Kiev, hoy se dio a conocer la noticia de la muerte del atleta ucraniano Volodimir Androshchuk, especialista en decatlón y campeón nacional Sub-20, quien murió en combate en cercanías de la ciudad de Bakhmut, confirmada por fuentes del Ministerio del Interior de ese país.
    En esa ciudad perteneciente a la región del Donetsk, en el este de Ucrania, falleció hace pocos días en otro enfrentamiento el también atleta ucraniano Dymtro Sharpar, quien representó a su país en los Juegos de Invierno juveniles de Lillehammer 2016 en las competencias de patinaje artístico.
    La posibilidad de que los atletas rusos y bielorrusos sean admitidos en los Juegos de París 2024 por el COI es rechazada con firmeza por las autoridades ucranianas, que no aceptan siquiera que compitan bajo bandera neutral y pretenden que la entidad extienda su marginación como aún sucede en el fútbol con los clubes y con la selección nacional de Rusia.
    La postura de Ucrania, expresada recientemente por su presidente, Volodimir Zelensky, a su par francés, Emmanuel Macron, cuenta con el apoyo de los gobiernos de Polonia, Noruega, Letonia y Estonia, cuyo premier, Kaja Kallas, consideró que "admitirlos sería una decisión política y moralmente equivocada".
    A pesar de la pretendida "neutralidad" del COI, la política se entrevera con el deporte no sólo en relación con la guerra entre Rusia y Ucrania, a punto de cumplirse el primer aniversario de las hostilidades entre ambos países.
    En ese sentido, el presidente del Comité Paralímpico Italiano (CIP), Luca Pancalli, comentó: "Votamos en Bonn en favor de las sanciones y de la marginación de los Comités Paralímpicos de Rusia y Bielorrusia, pero hoy la cuestión apunta no a esos Comités, sino al derecho de los atletas de esos países a participar" de los Juegos.
    "Considerar ese derecho no significa no reconocer lo que está pasando y reprobarlo", agregó Pancalli, al reconocer que en la última asamblea general del Comité Paralímpico Internacional (IPC) se abordó el tema que volverá a ser abordado en la próxima para debatir acerca de la decisión que adopte el COI.
    Pancalli parafraseó al propio Zelensky, quien al inicio de la invasión armada rusa señalaba que "hay que distinguir entre la responsabilidad de los gobiernos y las de sus pueblos" y afirmaba que "los atletas tienen derecho a participar porque el deporte debe ser un puente para construir el diálogo y avanzar hacia la paz".
    La posibilidad de un boicot también es impulsada por la selección nacional sueca de atletismo de cara al campeonato Europeo bajo techo que se pondrá en marcha el 2 de marzo en Estambul en función del veto de Ankara al ingreso de Suecia a la OTAN, una situación que tensó aún más la relación con Estocolmo tras la quema de un Corán durante una manifestación en aquel país.
    Una opción que se baraja en parte por cuestiones relativas a la seguridad, pero también en relación con los derechos humanos en ese país y que podría afectar al campeón mundial y olímpico de salto con garrocha, Armand Duplantis.
    El poseedor del récord mundial en esa disciplina (con un salto de 6,21 metros) aclaró que su eventual ausencia en el certamen no respondería a cuestiones vinculadas con la política, según declaró a "Sportbladet".
    "Si sucede, no tendrá que ver con todo esto", dijo el destacado atleta cuyo entrenador, Daniel Wessfeldt, aclaró que "cuando se determinó el calendario, la situación no era tan tensa como lo es ahora".
    "Sea cual fuese su decisión final, nada tendrá que ver con la política", explicó al destacar que "él quiere esperar para ver cómo se siente después de las primeras competencias, pero una vez que se decida, difícilmente un cambio de situación o las recomendaciones del Ministerio de Relaciones Exteriores lo harán cambiar de idea".
    En favor de un boicot a la cita en Estambul se expresó también la responsable técnica del equipo sueco, Kajsa Bergqvist, ex campeona mundial de salto en alto, quien sin aludir tampoco a la situación política destacó: "No es un torneo importante y yo pretendo que mis dirigidas se concentren en los que sí lo son".
    (ANSA).