La FIFA introdujo modificaciones en sus Códigos de Disciplina y de Etica que contemplan sanciones más duras contra el acoso y el abuso sexual, así como para los amaños de partidos.
Dos flagelos que azotan al fútbol mundial, junto con la discriminación y el racismo, y que la entidad promete combatir con mayor firmeza a partir de los cambios que entraron en vigencia hoy mismo.
La idea es mejorar la protección de las partes involucradas en los procedimientos ante los órganos de justicia de la propia FIFA, proporcionándole herramientas adicionales para combatir las prácticas ilegales, inmorales o enfrentadas con la ética.
La entidad matriz del fútbol mundial se comprometió también a aportar más protección a las víctimas de discriminación, acoso o abuso sexual garantizando, de ahora en más, que todo tipo de exceso, molestia o explotación sexual no quede sujeta a un término de prescripción para la acción penal.
Las víctimas serán consideradas parte en el proceso y gozarán de todos los derechos procesales, tales como el derecho a ser informadas de los fallos y poder impugnalos y obligar a las asociaciones y confederaciones a notificar a la FIFA de cualquier decisión que se adopte en relación con el abuso y con el amaño de partidos.
En lo que hace al amaño de partidos y otras cuestiones éticas se introdujo el nombramiento de un experto independiente para investigar y coordinar con las autoridades públicas encargadas de hacer cumplir la ley, para evluar posibles delitos y, posteriormente, proponer las medidas disciplinarias correspondientes.
Para garantizar la justicia financiera en relación con el incumplimiento de una decisión de la FIFA o del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) se prevé una prórroga de la prohibición de transferencias a los clubes impuesta por el Tribunal de la FIFA, cuando resulte que los deudores aún no han cumplido con esta decisión, la aplicación de una tasa de interés del 18 por ciento anual para deudas impagas y el levantamiento de la prohibición de transferencias impuesta a los deudores cuando estos proporcionen a la FIFA pruebas confiables de que han cumplido con sus obligaciones financieras.
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