La bielorrusa Aryna Sabalenka se consagró hoy campeona del Abierto de Australia y celebró su primer título de Grand Slam en individuales, pues había sumado uno en Melbourne en dobles en 2021, dos años después de conquistar el del US Open también en dupla con la belga Elise Mertens.
La oriunda de Minsk, de 24 años, se impuso tras dos horas y 28 minutos de juego a la rusa nacionalizada kazaja Elena Rybakina, un año menor, con parciales de 4-6, 6-3 y 6-4 y a partir del lunes trepará del quinto al segundo escalón del ranking WTA que lidera la polaca Iga Swiatek.
Duodécimo título profesional en singles para Sabalenka, quien no pudo contener la emoción una vez decretada su consagración como sucesora en el trono de la ex número uno del mundo a la australiana Ashleigh Barty, quien se retiró del tenis en marzo a los 25 años de edad.
La nueva campeona arrancó el partido muy tensionada, pero logró soltarse para atrapar la corona de la centésimo décimo primera edición del certamen en un partido muy combatido que se definió con el cuarto match-point a su favor.
Concretada la misión, Sabalenka estalló en llanto y se dejó caer liberando toda esa tensión contenida, para recibir el cálido abrazo de una Rybakina que conquistó Wimbledon en la pasada temporada y escalará del vigésimo quinto al décimo puesto del escalafón también el lunes.
El Rod Laver Arena celebró a la nueva reina de Melbourne Park, que sufrió para imponerse tras haber puesto fin a un tabú en su carrera en semifinales frente a la polaca Magda Linette, pues las anteriores tres experiencias en esa instancia de un Grand Slam (Wimbledon 2021 y el US Open de 2021 y 2022) habían dejado sólo frustración en ella.
Rybakina también puede darse por conforme pues nunca había superado la tercera ronda en el Abierto de Australia, del que esta vez sí se llevará puntos a casa como no le sucedió cuando se consagró en Wimbledon.
Fue porque la WTA, al igual que la ATP, decidió no otorgarlos como castigo a los organizadores del tercer Grand Slam de la temporada por haber impedido la presencia de los tenistas rusos y bielorrusos, marginados por la guerra entre Rusia y Ucrania.
Un tema que hoy está más vigente que nunca por las tensiones entre el Comité Olímpico Internacional (COI) y el gobierno de Ucrania, que reclama que también sean marginados de los Juegos Olímpicos de París 2024, a contrapelo de lo que analiza la entidad.
Hoy, una bielorrusa se instaló en el Olimpo de Australia al vencer a una oriunda de rusa que cambió de ciudadanía, confirmando que la política y el deporte deben ir por caminos separados, como siempre se pregona.
La nueva campeona celebró con lágrimas de emoción tras reconocer que estaba muy nerviosa en el inicio de la gran final: "En el primer set me sentía tensa y tácticamente fallé en mi juego, pero en el segundo intenté jugar más con el drive y presionarla y por suerte funcionó".
En total, Sabalenka cometió seis dobles faltas en el partido y conectó 16 aces, lo que refleja un enorme progreso con su servicio que tantos problemas le trajo en el inicio de la temporada anterior.
"¿Cómo festejaré esta tarde? Probablemente comiendo todo aquello a lo que debí renunciar en los últimos días", confesó la espigada tenista de 1,81 metros de estatura.
Un título que sirve para refrendar una confianza de la que antaño parecía carecer y que tantas veces le impidió definir partidos en los momentos claves, algo en lo que trabajó y con la ayuda de un psicólogo para espantar los fantasmas que suelen perseguir a los deportistas de elite.
Hoy, la autoestima de Sabalenka está por las nubes tras ganar su primer Grand Slam en Australia sin compañía, torneo que también consagró campeones en el doble masculino a los locales Rinky Hijikata y Jason Kluber, sucesores en el trono de sus compatriotas Nick Kyrgios y Thanasi Kokkinakis.
Hijikata y Kluber, que jugaron el torneo gracias a una "wild card", derrotaron por 6-4 y 7-6 (7/4) al monegasco Hugo Nys y al polaco Jan Zielinski, habían sorprendido en cuartos a los favoritos Wesley Koolhof y Neal Skupski, para luego eliminar en semifinales al español Marcel Granollers y al argentino Horacio Zeballos.
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