Su legado son dos Oscar, cuatro Golden Globes, dos Baftas británicos, un premio del Sindicato de Actores y un Oso de Plata de Berlín. También cinco novelas entre ficción histórica, aventuras y thrillers, un par de victorias como corredor de coches y un asteroide (el 55397 Hackman) dedicado a él.
De padre impresor, madre canadiense y fumadora empedernido (murió en su cama en un incendio), el joven Hackman tuvo una apacible infancia en Illinois, donde su padre se casó hasta que sus padres se divorcian cuando él tiene 13 años.
Tras declarar que le gustaría ser actor, Gene se alista en los marines como receptor de radio y va a China, Japón, Hawai.
Aterrizado en Nueva York en 1951, hace malabarismos para sobrevivir, estudia periodismo en la Universidad de Illinois antes de mudarse a Los Ángeles y casarse con Faye Maltese.
De ese matrimonio, que duró 30 años, nacen tres hijos.
Inscrito en el Pasadena Playhouse, hace sus primeros ensayos como actor y comparte casa con otros dos aspirantes de talento, Dustin Hoffman y Robert Duvall. Debutó en televisión en 1961, actuó en Broadway y se dio a conocer en el cine con «Lilith, la diosa del amor", de 1964, junto a Warren Beatty.
Ya en este periodo confirmó su versatilidad expresiva, su propensión a los papeles de 'tipo duro' y 'malo', el prototipo perfecto del joven estadounidense roto ante la dureza de la vida.
En el 67, con 'Gangster Story', de Arthur Penn, obtuvo su primera nominación al Oscar como actor secundario y se unió al formidable equipo de actores que harían la fortuna del Nuevo Hollywood. Su Jimmy 'Popeye' Doyle, el policía sin escrúpulos de 'El brazo violento de la ley', dirigida por William Friedkin en 1971 le convirtió en una estrella internacional y le dio su primer Oscar.
A partir de entonces comenzó una secuencia de películas memorables: 'El espantapájaros» con Al Pacino, "La conversación" de Francis Ford Coppola, 'Grit Your Teeth and Go' (el primer western), 'Reds' con Warren Beatty.
Los estudios también lo sumaron a célebres comedias, como un cameo inolvidable en 'El joven Frankestein, y a la fantasía, como Lex Luthor, el archienemigo de Superman.
Una carrera que brilla desde hace más de 40 años hace de Gene Hackman un gigante que sobrevivió al declive, renacimiento y transformación de Hollywood hasta el umbral de la década de 2000.
Entre sus muchas otras películas que merecen ser revisitadas: thrillers políticos como 'Sin salida", "Matar a la paloma blanca" o 'Poder absoluto', los dramas sociales de 'Mississippi Burning' a 'Power', los policiales ('El socio', 'Bajo sospecha', 'El jurado'), el regreso al western con "Sin piedad", de Clint Eastwood, que le valió su segundo Oscar en el 93, y luego 'Wyatt Earp' y 'Gerónimo'.
Obligado a bajar el ritmo desde 1990 por problemas de corazón, Gene Hackman volvió a casarse un año después con la música Betsy Arakawa, pero no dejó de elegir dos guiones en las antípodas antes de retirarse definitivamente en 2004.
Tres años antes interpretó al patriarca de la familia de 'Tenenbaum' (la película revelación de Wes Anderson) y en 2004 eligió para su despedida la sátira política de 'Dos candidatos para un sillón', dirigida por Donald Petrie.
Si en la pantalla nunca renuncia a representar las contradicciones, la locura, la violencia de su país, lo contrario de aquello en lo que cree (era un acérrimo demócrata acérrimo y detestaba a Richard Nixon), en privado Gene Hackman demostraba ser un refinado estudioso de la historia como se ve en sus sus mejores novelas y un apasionado experto en pintura música y literatura europea.
Le encantaba sentirse una contradicción viviente y lo demostraba en el cine con la ironía burlona que siempre percibimos en su mirada.
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Copyright ANSA