Sin internet de alta velocidad, la
conexión, cuando funciona, es inestable y, cuando hay mal
tiempo, a menudo se interrumpe por completo. Los cables de fibra
óptica están instalados, pero no se ha construido una red de
tránsito que alimente el sistema.
Se trata de Celle San Vito, el municipio más pequeño de
Apulia, enclavado en las alturas de los Montes Daunos, a más de
700 metros de altitud. Con 144 habitantes, este pueblo a menudo
se encuentra aislado del resto del mundo.
Los ciudadanos denuncian constantes problemas de servicio,
lo que también afecta el funcionamiento de la administración
pública, que con frecuencia se ve obligada a renunciar a
participar en convocatorias y concursos públicos, perdiendo así
oportunidades de financiamiento.
La alcaldesa Palma Maria Giannini, en su cuarto mandato
consecutivo, no está dispuesta a aceptarlo.
"Queremos los mismos derechos que los demás", reclama. "La
conexión es inestable y a menudo se cae por completo. Todo esto
mientras se habla tanto del teletrabajo como una oportunidad
para repoblar los pequeños municipios".
En el pueblo, que además es una isla lingüística
francoprovenzal, junto con Faeto, la conexión a internet depende
de un enlace de radio terrestre, una infraestructura que, además
de ser más lenta, tampoco es estable, especialmente en días de
mal tiempo.
"Los municipios están obligados a ofrecer servicios a los
ciudadanos y a cumplir con todas las disposiciones legales, y
deben hacerlo principalmente a través de sistemas digitales,
para los cuales es necesaria una conexión estable y rápida",
continúa la alcaldesa.
Desde el ayuntamiento explican el paradójico problema: se
han invertido dinero y tiempo en construir dos infraestructuras
(una para la fibra óptica y otra para el wifi), pero nunca
podrán funcionar porque no están conectadas a una red de
tránsito indispensable.
"Sin internet, en la práctica, no existimos", protesta la
alcaldesa, quien agrega:
"No quiero pensar que la falta de una red de tránsito se deba a
que es demasiado costosa en relación con el número de personas
que la utilizarían".
"Es cierto que solo somos 144 habitantes, pero somos
ciudadanos italianos, y la Constitución afirma que tenemos los
mismos derechos que quienes viven en las grandes ciudades o en
cualquier otro lugar de Italia", reclama.
La alcaldesa se pregunta "¿cómo podemos desarrollar la
telemedicina, por ejemplo, o impulsar el turismo, mejorar la
educación y la formación? Estamos en 2025, pero es como si
estuviéramos 30 años atrás respecto al resto de Europa y del
mundo", concluye.
El llamado ahora va dirigido al asesor de desarrollo
económico de la región de Apulia, Alessandro Delli Noci, y a los
representantes de Infratel Italia, con el objetivo de conocer
qué medidas se planean tomar para solucionar los problemas de
conectividad y qué acciones concretas se están implementando
para resolver las diversas dificultades de acceso a internet en
los pequeños municipios de las zonas rurales.
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