Este es el ambiguo protagonista de "El hombre del bosque" de Alain Guiraudie, que llega a las salas el 16 de enero con Movies Inspired.
Es una mezcla de fábula negra rural y misterio, aunque sería más acertado describirla como una película "inclasificable", según el propio director y guionista francés, conocido por obras como "El desconocido del lago" y "El enamorado, el árabe y la paseante". La historia transcurre en los bosques de Occitania. Jérémie (Félix Kysyl) regresa de Toulouse al pueblo provincial francés donde creció para asistir al funeral del panadero local, quien fue su antiguo jefe. Martine (Catherine Frot), la viuda aún atractiva, lo recibe con los brazos abiertos y lo acoge con gusto en su casa.
Sin embargo, Vincent (Jean-Baptiste Durand), el hijo del difunto, no está de acuerdo y teme que Jérémie intente cortejar a su madre. Su celosía, sin embargo, oculta la atracción mutua que él mismo siente hacia Jérémie. Incluso el anciano párroco del pueblo, Philippe Griseul (Jacques Develay), parece fascinado por Jérémie, al igual que Walter (David Ayala), un viejo amigo del lugar.
En resumen, el deseo fluye entre todos los personajes, pasando de uno a otro como agua que se mezcla con agua. Sin embargo, detrás de esta pasión compartida, se asoma una tragedia inevitable, y es exactamente lo que le ocurre a Jérémie en esta película que, en algunos aspectos, tiene un carácter religioso.
No en vano, su título original, "Miséricorde", hace referencia a ese sentimiento que surge de la compasión por la miseria ajena, un tema que conecta a todos los protagonistas. "Todo parte de mi experiencia personal. Nací y crecí en un pequeño pueblo rural, por lo que conozco bastante bien ese contexto y creo que tengo el derecho de contar historias ambientadas en esos lugares sin caer en los estereotipos", explica el director.
"Hoy en día, el cine francés está demasiado centrado en la vida urbana, especialmente en París, y muchas historias transcurren en apartamentos, oficinas y, en general, espacios cerrados. Con 'Miséricorde', quise ir contra corriente porque me gusta crear ese tipo de cine fuera del tiempo", agrega. Además, comenta Guiraudie: "En comparación con mis películas anteriores, en esta la homosexualidad genera muchos más problemas de los que uno podría esperar. Me refiero a que, con frecuencia, los homosexuales están 'condenados' a amar a personas que nunca corresponderán su amor".
"Y un aspecto muy importante fue mi intención de hacer una película erótica sin mostrar escenas explícitas de contenido sexual", concluye el director. "Quise mostrar a estas personas, su deseo, pero también su incapacidad para establecer un contacto sexual real con los demás".
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