"Beso entre cura y monja" de 1999, "Tres corazones blancos/negros/amarillos" de 1996, "No-anorexia" de 2007 con la modelo Isabelle Caro, 31 kilos, muerta unos años después. Y luego muchas fotos para el mundo de la moda, como el famoso primer plano de la cola de Donna Jordan con la inscripción "Quien me ama me siga" para la campaña de Jesús Jeans de 1973, que le hizo ganar el primer gran escándalo, pero también la fama internacional.
Oliviero Toscani, que murió hoy a los 82 años, firmó campañas capaces de suscitar debate y críticas por crudeza o anticonformismo.
Después de trabajar para revistas como Vogue, L'uomo, Harper's Bazaar, en los años 80 firmó una colaboración que marcó su carrera para siempre, la de Benetton, colaborando con la marca desde 1982 hasta 2000 y luego desde 2018 hasta principios de 2020.
Para Benetton, Toscani realizó, entre otros, en 1992, Angel-Diablo, increíble foto que ve como protagonistas a un niño blanco con el pelo rubio - parecido a un querubín- y a un niño negro con un peinado que simula pequeños cuernos en su cabeza para recordar la figura del diablo.
El fotógrafo ha admitido que durante años ha buscado los sujetos adecuados para representar este fuerte concepto de oposición, relacionado con el tema del racismo.
En 1992, el tema de otra campaña para Benetton fue un asesinato mafioso.
Toscani ha jugado varias veces provocativamente con el contraste entre blanco y negro, una referencia al racismo.
Sin olvidar los fotogramas del impactante spot contra las masacres del sábado por la noche realizado por Toscani en 1997.
Y de nuevo los tres corazones humanos con las palabras "Blanco", "Negro" y "Amarillo": el tema era el racismo y el objetivo era transmitir para el observador el concepto de unión e igualdad que distingue a todos los pueblos del mundo sin distinción.
En 1999, eligió una mancha de sangre como logotipo de la campaña mundial de Benetton en apoyo a los refugiados de Kosovo.
En 2018, causó revuelo con su elección de utilizar una foto de migrantes recién rescatados, desembarcados de un barco, como imagen de una nueva campaña para la casa de moda: una operación sórdida, calificó Salvini la toma, pidiendo un boicot a la marca.
Anteriormente, una serie de fotografías, también realizadas para Benetton, en las que aparecían algunos de los condenados a muerte en Estados Unidos había provocado un escándalo: Toscani fue acusado por el Estado de Missouri de falsificación fraudulenta por haberlos retratado con engaño, es decir, sin especificar su propósito.
Para el semanario Donna Moderna, Toscani creó una campaña contra la violencia hacia las mujeres presentando a un niño y una niña desnudos junto a las palabras "verdugo" y "víctima".
En 2009, el plátano y el guisante fueron los protagonistas de una campaña contra el acoso escolar financiada por la Provincia de Bolzano en el contexto de una iniciativa contra toda forma de extremismo. Debate y críticas también para los carteles con protagonistas ...
El estilo poco convencional de sus fotografías está ligado a una curiosa anécdota: en 1965 Toscani fue llamado por Vogue para realizar un retrato de Carmelo Bene, quien llegó al estudio empapado por una tormenta y se paró frente a la cámara con la chaqueta toda torcida y la bragueta de sus pantalones estaba casi abierta. Una imagen capturada por el fotógrafo como símbolo de una belleza alternativa y poco convencional.
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