"Para mí, hoy es una doble celebración -dijo su hijo Christian en la inauguración-. Tuvimos esta exposición en Roma hace años y fue un golpe en el corazón, ahora verla en este maravilloso espacio Modernissimo es importante, porque, a menudo, cuando conozco a actores jóvenes que no saben quién es Anna Magnani o Marcello Mastroianni, me quedo estupefacto y pienso en mi padre".
"Tener un recuerdo es significativo y esta exposición es algo excepcional", pues con los 151 papeles interpretados, se puede decir que Vittorio De Sica fue "el primer actor (incluso antes que Alberto Sordi) en contar las múltiples facetas de una Italia en transformación", afirmó el director de la Cineteca de Bolonia, Gianluca Farinelli.
Por su parte, el alcalde Matteo Lepore consideró la muestra como un regalo que "damos a los boloñeses", porque está "instalada en un espacio que no solo sirve para la exposición sino también para el análisis en profundidad".
Comisariada por Farinelli, la exposición permite entrar en la casa De Sica 50 años después de su muerte, a partir de su primer matrimonio, para releer la vida y el arte de un gran innovador: de un De Sica de dieciséis años involucrado en un pequeño papel en una película muda, que poco a poco desemboca en esa pequeña obra maestra que fue "Gli uomini, che mascalzoni!", donde también muestra sus notables cualidades como cantante.
Además, el título de la exposición pretende parafrasear a Pirandello y su narración de las multiplicidades individuales: las cien mil vidas, sus cien mil personajes.
"Un gran innovador -añadió Farinelli- capaz de interpretar todos los papeles (en "Signor Max" dos al mismo tiempo) y la primera gran estrella y quizás la figura más autorizada de la historia del cine italiano".
Incluso, "se negó a llevar la camisa negra, como exigía el régimen, y decidió ponerse detrás de la cámara para crear, junto con Cesare Zavattini, algunas de las mayores obras maestras de nuestro cine: 'Sciuscià' fue la primera película no estadounidense en ganar el Oscar".
Sin embargo, después de 20 años en los que lo había transformado todo, su carrera apenas había llegado a la mitad, al haber protagonizado decenas de películas, al haber definido al dúo del cine italiano SophiaLoren/Marcello Mastroianni, al haber dirigido importantes películas, dramas y comedias, ganando como director dos premios Oscar más ("La ciociara" y también, "I girasoli").
Entre carteles originales y fotografías (en el plató, fuera del plató o en familia); entre imágenes en movimiento y objetos de culto (desde trajes originales, herramientas para saltar de un personaje a otro, hasta la bicicleta más famosa del cine y el Premio Oscar de "Ladri di biciclette"), además de un itinerario de documentos personales que iluminan al Vittorio De Sica director y actor, así como al hombre privado, con sus dos esposas, Giuditta Rissone y Maria Mercader, y sus tres hijos.
Un itinerario que recorre toda su carrera, desde sus primeras declaraciones en los años 30 con "Za Bum" y sus grabaciones, hasta el triunfo del neorrealismo con "Sciuscià", "Ladri di biciclette", "Miracolo a Milano" y "Umberto D".
"Uno que narró el siglo XX -concluyó Gianluca Farinelli-, pero útil para comprender nuestro tiempo".
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