Estas son las extraordinarias y reales etapas de la vida que cuenta la directora Francesca Pirani, madre del joven protagonista de la historia, en su documental Vakhim, presentado en Venice Days (Noches de Venecia) en el Festival de Venecia.
La película parte de momentos familiares captados en vídeo en los primeros meses con un teléfono móvil en 2008. Así conocemos a Vakhim, un niño alegre y lleno de vida, que supera rápidamente el obstáculo de hablar solo jemer, forja un fuerte vínculo con sus padres adoptivos y se instala inmediatamente en Italia. "Sólo pensé en un documental muchos años después, cuando me di cuenta de que él quería que se contara su historia", explica a ANSA la cineasta, que ha trabajado en el pasado con Marco Bellocchio.
Hacia 2019, "tras quedar finalista del Premio Solinas, empecé a escribir, pero todo fue lento: me costó encontrar productores y actores". Porque el documental reconstruye la huida nocturna de la madre biológica de Vakhim con sus hijos pequeños de su pueblo, dejando atrás a un marido maltratador.
""Al final, decidí empezar con un proyecto autofinanciado (con Land Communications) también porque en ese momento Vakhim lo quería mucho'.
Así que el año pasado, la familia volvió a Camboya (Maklin, que tiene una relación muy fuerte con su hermano, también estaba con ellos) y localizó a la madre de los chicos, con la que pudieron reencontrarse.
"La parte de Camboya era la que no podíamos prever. Fuimos allí para que Vakhim y Maklin pudieran reencontrarse con sus recuerdos, pero también queríamos intentar encontrar a su madre, porque había mucho dolor en esta historia. También había estallado un escándalo en Camboya, porque a muchas de estas mujeres tan pobres no se les había dicho que perderían a sus hijos para siempre", explica.
Hasta el final "no sabíamos si la encontraríamos y en qué situación se encontraba", subraya.
El documental es también la historia de dos padres que ayudan a su hijo adoptado en otro país a no perder el vínculo con su pasado: "Vakhim siempre ha sido muy alegre, muy vital, enseguida se lanzó a nuestro mundo, pero cuando estos niños son adoptados también se enfrentan a un trauma terrible, pierden su lengua materna, su mundo en pocos meses... Yo quería reunir estas dos piezas de su vida", concluye Pirani.
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