(ANSA) ROMA - Los falsos mitos de la pasta y las dietas son explicados por una especialista italiana, a través de Animenta, la asociación creada en 2021 para ayudar a las personas con disturbios alimentarios, y en ocasión del Día Mundial de la Pasta, que se celebra el 25 de octubre.
La pasta, alimento versátil y símbolo identitario de Italia, también es objeto de críticas: le fue adosado el "súper poder" de modificar peso y formas corporales por la presencia de su nutriente por excelencia, el carbohidrato.
"Los carbohidratos son la fuente primaria de nuestro organismo. Llevan a las células de modo veloz y sostenible permitiéndonos desarrollar mejor nuestras funciones vitales. En ausencia de ellos, el cuerpo debe buscar energía en otras fuentes: las grasas y las proteínas. El consumo de la pasta, así como de otros cereales, deviene en 'combustible' para nuestro cuerpo", explicó la dietista Giulia Graziano.
También, se refirió a los falsos mitos de la pasta y dijo que es "falso" que haga engordar.
Los carbohidratos presentes son utilizados como combustible para desarrollar todas las actividades corporales, entre ellas, el latido cardíaco, la circulación de la sangre, la respiración, la actividad psíquica y física.
Otro mito indica que es mejor comer pastas alrededor de las 18. También es falso, según Graziano.
Esta idea no es correcta porque el cuerpo continúa funcionando incluso después de esa hora. No hace una pausa y necesita recibir energía durante las 24 horas. Consumir pastas durante la cena puede ser ventajoso: favorece el reposo nocturno y el buen humor. Ingerirlas, de hecho estimula la producción de serotonina, un neuromediador fundamental para la regulación del humor y del ritmo del sueño.
Otra falsedad es que la pasta es un alimento complicado de digerir.
No es difícil de asimilar, incluso si la cocción puede influenciar su digestibilidad. La cocción al dente, de hecho, favorece la digestión, contrariamente a la pasta muy cocida que, no solo arriesga la pérdida de sus propiedades sino que se transforma en un pegamento en el tubo digestivo, haciendo más difícil el proceso. Suprimir los carbohidratos no hace adelgazar, contrariamente a lo que se piensa. Perder peso velozmente, siguiendo dietas restrictivas, lleva a un empeoramiento de la composición corporal. Específicamente, se verifica una pérdida de agua y masa muscular que lleva a una disminución de la necesidad energética. Nuestro cuerpo se adapta a la poca energía introducida disminuyendo las funciones, incluidas las metabólicas.
Tampoco las pastas sin gluten llevan a la pérdida de peso.
Generalmente se recomienda su ingesta a personas celíacas. Este concepto errado parte, generalmente, al ver el cuerpo delgado de las personas que sufren celiaquía. Esto, en realidad, no está relacionado al consumo de alimentos sin gluten, sino causado por la atrofia de las vellosidades intestinales que lleva a una reducida absorción de nutrientes. Al contrario, a los productos si gluten, a menudo, se le agregan ingredientes como aditivos o grasas que garantizan un mayor mantenimiento estructural de los productos cuando el gluten está ausente. Suele ocurrir que, a causa de estas creencias y falsos mitos, muchos terminen por eliminar la pasta de su alimentación, sustituyéndola por snaks adelgazantes que provean una cuota de proteínas y abundantes verduras.
"Esta solución, además de no ser sostenible en el largo plazo, no es útil para nuestro cuerpo. Excluir los carbohidratos de nuestra alimentación significa vivir en constante deuda energética, poniendo a nuestro organismo en una condición de riesgo respecto a posibles episodios de sobre alimentación, pérdida de control con la comida y obsesión con los alimentos.
Eliminar un alimento de la dieta lleva a aumentar su deseo y a consumir una cantidad más abundante cuando decidimos permitírselo a nuestro organismo", explicó la experta.
La eliminación de la pasta puede ser, por lo tanto, una solución no ventajosa.
"Incluirla, en cambio, con una mayor frecuencia permite cubrir una parte de nuestra necesidad de carbohidratos y evitar que se transforme en una comida enemigo. Es posible variar el cereal y elegir entre pasta de trigo, de espelta, maíz, arroz, quinoa, trigo sarraceno, legumbre, soja, pasta blanca o integral; esta variedad permite beneficiarse de propiedades diferentes, introduciendo nutrientes distintos en nuestra alimentación. La pasta es una comida aliada", concluyó Graziano.
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