En medio de una economía en dificultades y el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca con su política de aranceles, el líder chino aseguró que el enfoque del Partido Comunista y del gobierno central hacia el sector privado se ha incorporado en el "sistema socialista con características chinas" y que las directrices al respecto "no pueden ni cambiarán". Las dificultades y desafíos "son temporales, no a largo plazo, y pueden superarse" porque "existen fundamentos sólidos para promover el desarrollo de alta calidad de la economía privada", que "tiene amplias perspectivas de crecimiento y un gran potencial", añadió Xi, según el informe de la cadena estatal CCTV.
Por ello, "es el momento adecuado para que las empresas y los empresarios demuestren su talento", afirmó el presidente, en una ostentosa muestra de apoyo ante la nutrida audiencia de representantes del sector empresarial, reunidos en las salas del poder reservadas para ocasiones solemnes en el Gran Salón del Pueblo, en la Plaza de Tiananmén. No era previsible que Xi convocara un encuentro de este tipo: desde que asumió el poder a finales de 2012, ha trabajado constantemente para fortalecer el papel de las empresas estatales y ha advertido repetidamente sobre la expansión "desordenada" del sector privado.
Esto se ha reflejado en la rigurosa regulación y en las políticas antimonopolio aplicadas durante varios años al sector tecnológico, comenzando por Alibaba, con el objetivo de dejar claro que ningún grupo, por grande que sea, puede desafiar al Partido Comunista ni al Estado. Las imágenes difundidas por CCTV, donde se ve a Jack Ma de pie en primera fila, vistiendo un traje estilo Mao Zedong y aplaudiendo con una sonrisa la entrada de Xi, son un claro símbolo de su rehabilitación pública después de pasar años alejado de los reflectores. Su distanciamiento comenzó tras sus duras críticas a los reguladores y al sistema financiero chino en un discurso pronunciado en Shanghái en octubre de 2020. Entre los otros líderes presentes se encontraban: - Zeng Yuqun, al frente del gigante mundial de baterías CATL. - Wang Chuanfu, director del fabricante de coches eléctricos BYD. - Ren Zhengfei, el carismático fundador del grupo de telecomunicaciones Huawei. - Lei Jun, de Xiaomi, líder en smartphones y ahora incursionando en el mercado de vehículos eléctricos. - Pony Ma, director de Tencent, propietaria de la aplicación de mensajería WeChat. - Liang Wenfeng, el multimillonario fundador de DeepSeek, la empresa de inteligencia artificial que causó un gran impacto el pasado 27 de enero en Wall Street, en las Big Tech estadounidenses y en Silicon Valley con su chatbot R1, capaz de competir con sus rivales estadounidenses a pesar de haber sido desarrollado con costos significativamente menores. "Los modelos de DeepSeek realmente han aumentado la confianza del gobierno chino", señaló Matt Sheehan, de Carnegie China. Tal vez esta sea la razón por la cual Xi ha decidido recurrir al enfoque pionero del sector privado, el mismo que impulsó el auge de China en las últimas décadas.
Es un movimiento estratégico para reforzar la confianza en una fase compleja de la economía china, pero también un reconocimiento de que el éxito de DeepSeek ha revitalizado los mercados bursátiles y el atractivo del sector tecnológico chino en pocas semanas, algo que Pekín no había logrado en los últimos tres años. Y poco importa que Corea del Sur haya decidido imponer una prohibición temporal a la aplicación DeepSeek R1 debido a preocupaciones sobre privacidad.
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