El éxito se ha producido gracias a la investigación coordinada por Silvestro Micera, del Politécnico de Losanna (EPFL) y la Escuela Superior Sant'Anna de Pisa, y de Pietro Martini, del hospital San Rafael de Milán y de la Universidad Vita-Salute San Rafael.
Descrita en la revista Science Translational Medicine, la técnica consiste en el implante de un nueroestimulador medular con la doble función de estimular las funciones motoras y reducir la espasticidad muscular.
Los investigadores prevén realizar pruebas en breve en otros pacientes.
"Uno de los problemas más frecuentes en pacientes con lesiones de médula espinal es la espasticidad, es decir, las contracciones involuntarias de los músculos que hacen muy difícil, o casi imposible, cada intento de control motor. Nuestro trabajo se concentró precisamente en la reducción de esta molestia", declaró Maicera a ANSA.
Desde hace ya tiempo se están estudiando neuroestimuladores que, implantados en personas parapléjicas o tetrapléjicas, estén en grado de estimular de forma correcta los músculos y restaurar los movimientos, llegando a las lesiones de médula.
No obstante, un gran obstáculo es el hecho de que casi el 70% de las personas parapléjicas sufre de rigidez y espasmos involuntarios, que se producen de manera natural, probablemente para favorecer los normales reflejos rápidos y que son equilibrados por el cerebro, que inhibe la actividad de algunos circuitos motores.
"En el caso de una lesión de médula espinal, el paciente pierde los mensajes inhibidores procedentes del cerebro que regulan la hiperactividad espinal", apuntó el primer autor del estudio, Simone Romeni, del Politécnico de Losanna y del Hospital San Rafael.
Para controlar los espasmos involuntarios, los investigadores utilizaron un neuroestimulador implantable. Se trata de un dispositivo adoptado desde hace tiempo con otros objetivos, como el control del dolor, pero en este experimento se utilizó para modular las señales eléctricas de tal forma que se interfiere con las que provocan espasmos y contracciones.
Paralelamente, el neuroestimulador envió también señales eléctricas para estimular la correcta actividad muscular.
Esta solución fue puesta a prueba con un experimento en dos personas parapléjicas, obteniendo resultados más que satisfactorios: ambos pudieron caminar y una de ellas recorrió 175 metros sin necesidad de estimulación activa.
"Este es un procedimiento quirúrgico seguro y eficaz, que ofrece una nueva perspectiva en el tratamiento de pacientes con graves daños en la médula espinal", añadió Martini.
El experto subraya además cómo la combinación de tecnologías avanzadas y acercamientos personalizados a la rehabilitación reduce los efectos colaterales asociados a las terapias farmacológicas y quirúrgicas actualmente a disposición y apuntó que en breve las pruebas se extenderán a un mayor número de pacientes.
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