Ése es el inicio de lo que los investigadores ya consideran una revolución es la propuesta lanzada por Ebri, el Instituto Europeo para la Investigación del Cerebro fundado por Rita Levi Montalcini.
"La idea es profundizar en la relación bidireccional entre neurociencia e inteligencia artificial", dijo a ANSA el presidente del Ebri Antonino Cattaneo, quien lanzó la propuesta en la jornada que el instituto organizó en colaboración con la Embajada de España con motivo del 90 aniversario de la muerte de Santiago Ramón y Cajal, Premio Nobel de Medicina en 1906 y pionero de la neurociencia.
"Por un lado, la neurociencia está haciendo enormes avances en el conocimiento a nivel genético, biofísico y de imagen, por otro -añadió Cattaneo- asistimos a una revolución en la inteligencia. Queremos que las dos comunidades hablen entre sí y uno de los caminos para alcanzar este objetivo es formar una nueva generación de estudiantes y jóvenes investigadores que puedan hablar los dos idiomas".
Se trata de hacer que los mecanismos que controlan las neuronas se comuniquen con algoritmos de inteligencia artificial para lograr una comprensión del cerebro que nunca se había logrado hasta ahora.
Por este motivo, es necesario promover nuevas vías de estudio, como los doctorados de investigación basados ;;en esta interacción, propuso Ebri a las universidades y organismos de investigación presentes en la conferencia, como la Universidad Sapienza de Roma, el Consejo Nacional de Investigación y el Instituto Nacional de Física Nuclear.
Se trata, por lo tanto, de lograr que investigadores de ambas áreas entren en el campo y trabajen juntos, esforzándose por comprender y aprender el idioma de cada uno.
"No tiene que ser algo que se haga ocasionalmente", añadió Cattaneo, sino que "se trata de crear un circuito virtuoso para acelerar nuestra comprensión del cerebro e inspirar una nueva generación de métodos computacionales en beneficio de la sociedad".
Las posibles implicaciones también podrían afectar a la comprensión de muchas enfermedades neurológicas o neurodegenerativas.
"Código neuronal" y "decodificación del cerebro" son los dos conceptos que se encuentran en el centro de este círculo virtuoso.
"El código neuronal -prosiguió Cattaneo- es un conjunto de reglas mediante las cuales, dada una entrada, se genera una percepción en una salida cognitiva que puede ser un pensamiento, un movimiento o una acción: está en la base de la comprensión del cerebro. Dado un código es importante decodificarlo, y eso es lo que hacen los algoritmos de inteligencia artificial".
En esencia, gracias a los avances de la neurociencia, los fenómenos que la IA podría leer se están ampliando porque las neuronas no sólo están vinculadas a la actividad eléctrica, sino a procesos bioquímicos y moleculares, a la modulación de la expresión genética.
"Si incluso si este conocimiento fuera incorporados en los algoritmos podríamos alcanzar un mayor nivel de comprensión", observó el presidente del Ebri.
Posteriormente podríamos pasar del nivel de las neuronas al de sus conexiones, las sinapsis.
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