Un estudio realizado por un grupo de investigación internacional, liderado por las universidades italianas de Florencia, Bolonia y Siena, reconstruyó la historia biológica de un niño que vivió hace unos 17.000 años en el sur de Italia durante el Paleolítico superior.
La investigación, publicada en Nature Communications, "permitió - explica la universidad florentina - reconstruir con gran precisión el desarrollo y las características biológicas del niño que murió alrededor de los 16,5 meses" y condujo a la "reconstrucción del genoma más antiguo de Italia", revelando cambios significativos en la población del sur de Italia al final del Último Máximo Glacial, con la llegada de grupos procedentes de los Balcanes.
La investigación partió de los restos óseos encontrados por la Universidad de Siena a finales de los años 1990 en el sitio arqueológico de Grotta delle Mura en Monopoli, en la provincia de Bari, región de Apulia. El enfoque multidisciplinar de las metodologías de análisis más innovadoras ha combinado los estudios antropológicos tradicionales con la paleogenómica, la paleohistología dental, los análisis geoquímicos de alta resolución espacial y la datación por radiocarbono.
Una integración de datos y una combinación de metodologías que permitieron reconstruir una historia biológica "detallada" del infante, destacando tanto el desarrollo como las posibles causas de la muerte prematura.
Un estudio "pionero" que "aportó una visión inédita" del crecimiento y de las condiciones de vida de un niño "que vivió en una época clave para la población de la península itálica, permitiendo también recoger información sobre la madre y sobre el cazador- grupos recolectores de la época".
En particular, los análisis antropológicos realizados en Siena proporcionaron la base para comprender el desarrollo físico. Los genéticos en Florencia jugaron un papel "fundamental" en la reconstrucción del perfil biológico, permitiendo reconstruir el genoma casi completo.
"Los genes sugieren que tenía ojos azules, piel de ébano y cabello oscuro y rizado, una mezcla de características bastante frecuentes en las poblaciones del centro y suroeste de Europa de la época. Además, el análisis genético puso de relieve una estrecha relación entre los padres del niño, lo que sugiere que probablemente eran primos hermanos, un fenómeno raramente encontrado en el Paleolítico, pues es más común en el Neolítico", explica Alessandra Modi de la Universidad de Florencia.
Modi es coautora de la investigación con Owen A.Higgins de la Universidad de Bolonia, donde se realizaron análisis histológicos.
Este último examinó en detalle el desarrollo dental cortando finas secciones de dos dientes y observando su microestructura bajo el microscopio, lo que reveló, según explica Higgings, "un desarrollo ligeramente más temprano que el promedio de las poblaciones europeas modernas y al menos nueve episodios de estrés fisiológico.
Tres de ellos, durante la vida intrauterina. La presencia de un elevado número de marcadores de estrés concuerda con los resultados genéticos, que sugieren que el niño probablemente estaba afectado por una miocardiopatía hipertrófica, una cardiopatía congénita asociada a la muerte súbita en los recién nacidos.
Los análisis geoquímicos de alta resolución espacial realizados también en los dientes pro Frankfurt Isotope and Element Research Center (FIERCE), de Alemania, indicaron que la madre tuvo poca movilidad en los últimos meses del embarazo y que el bebé nació y vivió en la misma zona.
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