Esto es lo que se desprende de la reconstrucción más completa realizada hasta ahora del clima del pasado, publicada en la revista Science y liderada por el Museo Smithsonian de Historia Natural y la Universidad de Arizona.
El estudio confirma que la temperatura de la Tierra está estrechamente relacionada con la cantidad de dióxido de carbono presente en la atmósfera y que mitigar el actual cambio climático debe ser una prioridad.
"Esta investigación ilustra claramente que el CO2 es el factor predominante en las tendencias de la temperatura global", afirma Jessica Tierney de la Universidad de Arizona, una de las autoras del estudio dirigido por Emily Judd.
"Cuando el CO2 es bajo hace frío, cuando es alto Hace calor. Pero los humanos y las especies con las que compartimos el planeta están adaptados a un clima frío, llevarnos a todos rápidamente a un clima más cálido es un riesgo", amplió la experta.
Los investigadores utilizaron un método que combina datos del registro geológico con los obtenidos de modelos climáticos, originalmente desarrollados para la predicción del tiempo. "En lugar de usarlo para predecir el clima futuro - dice Judd - aquí lo estamos usando para reconstruir el clima antiguo".
Los resultados muestran que, en el pasado, la temperatura ha sufrido oscilaciones más amplias de lo que se pensaba, oscilando entre 11 y 36 grados.
Actualmente, la temperatura media global es de 15 grados, pero las emisiones de gases de efecto invernadero están provocando que aumente a un ritmo sin precedentes.
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