Después de las 470 realizadas a partir de la tan histórica como riesgosa del cosmonauta Aleksej Leonov, de 18 marzo de 1965, seguida días despés por la del astronauta de la NASA Ed White, con la Géminis, 4, la concluida hoy fuera de la nave Crew Dragon de SpaceX, es el único paseo hasta ahora que tuvo como protagonistas a civiles.
Es un nuevo récord que se agrega a aquellos que los privados tienen en su haber desde su ingreso en las actividades espaciales.
Comenzada a las 10.12 GMT y con una duración total de alrededor de 2 horas, la primera actividad extravehicular (EVA) de los privados tuvo por objetivo experimentar los nuevos trajes presurizados proyectados por SpaceX y destinados a futuros astronautas civiles que volarán a la Luna o a Marte.
Cada paseo vio respetado perfectamente el programa, a partir del procedimiento de despresurización, que hizo descender lentamente la presión en el interior de la cabina dado que en la nave no existe una cámara de compensación.
A las 10.49 el comandante Jared Isaacman abrió la escotilla y pocos minutos después se asomó por primera vez al exterior, con la Tierra de fondo. Su paseo duró unos 10 minutos, y fue luego el turno de Sarah Gillis, mientras el piloto de la misión Kidd Poteet y la especialista de la misión y oficial médico Anna Menon permanecían en el interior.
Isaacman y Gillis realizaron una serie de test parra verificar el movimiento de las articulaciones cuando el traje se sometió a presión, las prestaciones de un innovador display que aparece abajo a la izquierda del casco, y comprender mejor como los trajes enfriados por aire afrontan las temperaturas extremas del espacio.
"La idea es la de aprender tanto como sea posible sobre este uniforme y devolverlo a los ingenieros -afirma Isaacman, que es también financiador del proyecto Polaris- para informar las futuras evoluciones de su diseño".
A las 11.17 GMT ambas actividades extravehiculares finalizaron y la escotilla se cerró, permitiendo el inicio del procedimiento de represurización de la cabina.
Para prevenir el mal de descompresión, debido a la formación de burbujas en el interior de la sangre, comenzó un método enseguida después del lanzamiento, aumentando los niveles de oxígeno en la cabina y disminuyendo al mismo tiempo la presión del aire para ayudar a remover el nitrógeno del flujo sanguíneo de la tripulación, y propiamente la falta de eliminación de este gas lo que provoca el problema.
Este es solamente el último de una serie de objetivos obtenidos por los privados en el espacio que se extiende siempre más. Esto se aplica, sobre todo, para SpaceX, con su cohete reutilizable Falcon 9 y que en junio de 2024 completó el cuarto test sin tripulación del cohete Starship, destinado a la Luna y a Marte.
Para la empresa de Elon Musk no es el primer vuelo espacial orbital con a bordo solo ciudadanos privados: ya estuvo la misión Inspiration4 de setiembre de 2021, en la cual participó también el actual comandante de Polaris Dawn.
La Blue Origin, en cambio, fue la primera misión que en julio de 2021 llevó de manera autónoma a civiles que pagaron al espacio gracias al vehículo New Shepard, mientras en abril de 2022, Axiom Space se adjudicó la primera misión enteramente privada con una tripulación comercial directa a la Estación Espacial Internacional.
Y la carrera de los privados ya llegó incluso a la Luna: después del Peregrine de Astrobotic, que en enero de este año intentó sin éxito llevar el primer vehículo privado al satélite de la Tierra, la hazaña la logró un mes después el módulo de alunizaje Odysseus, de la empresa texana Intuitive Machine, el primero en tocar el suelo lunar.
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Copyright ANSA