El trabajo publicado en el Embo Journal fue coordinado por Daniel Christ, del Instituto Garvan de Australia, con la contribución de Sara Richter, Irene Zanin y Emanuela Ruggiero, de la Universidad de Padua.
"Sabemos desde hace algunos años que el ADN no existe sólo en su forma de doble hélice, la que podemos definir como canónica", dijo a ANSA la italiana Ruggiero.
"En algunos momentos - agregó - ;;el ADN puede adoptar varios tipos de estructuras y algunas de ellas, muy interesantes, son las llamadas cuaternarias, ya que son una especie de nudos formados por 4 hebras, los g-cuadruplex y los i-motifs".
Son similares a nudos que aparecen en fases muy concretas de la actividad celular, por ejemplo en la replicación, y luego desaparecen rápidamente, y hasta ahora eran casi imposibles de estudiar.
Un punto de inflexión se produjo en 2018, cuando investigadores australianos desarrollaron una molécula capaz de reconocer y unirse a estos nudos, una especie de etiqueta destacada para poder estudiarlos.
"Pero todavía estamos en las primeras etapas de estudio - subrayó Ruggiero - y actualmente el grueso del trabajo consiste sobre todo en identificar y estudiar todas estas estructuras que muy probablemente tienen un papel importante en la actividad celular y también en muchas patologías, tanto en células tumorales como en el caso de infecciones por virus que activan, por ejemplo, su propia replicación en la secuencia del ADN".
El nuevo estudio ayuda precisamente en esta dirección: un mapa de los aproximadamente 50.000 nodos de tipo i-motif que se pueden producir en las células humanas y en los que se trabajará en el futuro para identificar nuevos fármacos y terapias.
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Copyright ANSA