A bordo llevará ADN y cenizas de fallecidos, materiales que según la tribu más grande de los nativos americanos corren el riesgo de profanar el carácter sagrado del suelo lunar.
Por este motivo, el presidente de la nación navaja, Buu Nygren, pidió formalmente a la NASA que posponga el lanzamiento, pero aunque el organismo espacial está abierto al diálogo, reiteró que no puede interferir en las decisiones de los socios privados que organizan las misiones bajo su égida dentro de los Servicios Comerciales de Carga Útil Lunar (CLPS).
En concreto, participan dos empresas que prestan servicios conmemorativos a los fallecidos, Elysium Space y Celestis, que volarán sus cargas útiles junto con el módulo de aterrizaje lunar Peregrine de Astrobotic aprovechando el lanzamiento inaugural del cohete Vulcan Centaur de la United Launch Alliance, previsto desde el Centro Espacial Kennedy, en Florida.
Además de los restos de los fallecidos que deberán permanecer a bordo del módulo de aterrizaje sin tocar directamente el suelo lunar, también se lanzará una segunda carga conmemorativa de Celestis que volará en la etapa superior del cohete Vulcan para adentrarse en el espacio profundo, más allá del sistema Tierra-Luna, con el objetivo de establecer la presencia humana más remota entre las estrellas.
El vuelo, denominado "Enterprise", incluirá ADN y cenizas de varios actores de Star Trek (como Nichelle Nichols, DeForest Kelley y James Doohan) y del creador de la serie Gene Roddenberry.
"Es fundamental enfatizar que la Luna ocupa una posición sagrada en muchas culturas indígenas, incluida la nuestra: la vemos como parte de nuestra herencia espiritual, un objeto de reverencia y respeto", escribió el presidente navajo en su carta a la NASA.
"El acto de depositar en la Luna restos humanos y otros materiales, que podrían percibirse como desechos en cualquier otro lugar, equivale a profanar este espacio sagrado", añadió.
Nygren también subraya que la NASA debería haber consultado a los navajos antes del lanzamiento, según acuerdos anteriores, incluido un memorando firmado hace unos años por la administración de Joe Biden.
La NASA reiteró en una reciente conferencia de prensa que está abierta al diálogo, pero que no puede interferir en la elección de las cargas útiles por parte de los socios privados.
Por su parte, la empresa Celestis reiteró a la prensa que las creencias religiosas no pueden interferir en la aprobación de misiones espaciales.
Más allá de la polémica, queda la misión científica del módulo de aterrizaje Peregrine, el primer vehículo privado que debería aterrizar en la Luna el 23 de febrero, en la región de Sinus Viscositatis: a bordo, entre sus cargas útiles, lleva varios instrumentos científicos de la NASA que serán utilizados para medir la radiación y otros parámetros esenciales para el diseño de futuras misiones humanas a la Luna.
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