"De la bioética a la inteligencia artificial, de los poderes privados de las plataformas al ciberacoso; del discurso del odio al olvido; de los invisibles digitales de la 'gig economy' a la telemedicina: en todos estos contextos, se brindan aportes, para proteger a quienes experimentar la soledad digital como sujeción al poder de los demás", afirmó el jefe de Il Garante per la Protezione dei Dati Personali (GPDP).
"La soledad es la primera condición de la sumisión total", advirtió el presidente de la autoridad garantista de la privacidad, quien citó al filósofo francés, Michel Foucault, y recordó que "contrarrestarla es el objetivo que persigue cada día el Garante".
"El desarrollo de la inteligencia artificial, por ejemplo, debe orientarse en una dirección compatible con la protección de la persona: por lo tanto, se necesita un límite ético y legal para proteger la dignidad de la persona o se corre el riesgo, advierte Stanzione, "que las técnicas se vuelven cada vez más opacas" Incluso respecto al metaverso es necesario, sostuvo, "evitar una excesiva dependencia, especialmente de los jóvenes, de esta dimensión casi onírica, capaz de alienarlos de la realidad, proyectándolos en el espacio de lo infinitamente posible".
Y las derivas que podrían llegar de los llamados sistemas de lectura cerebral parecen no menos inquietantes: por tanto, el campo de las neurociencias también está bajo la lente de el Garante, "donde se creó un decodificador 'semántico' de la actividad neuronal a partir de datos proporcionados por una imagen de resonancia magnética funcional, que combina escáneres cerebrales y bases de datos de patrones de lenguaje, como las que utiliza Chat Gpt".
La referencia es al lanzamiento de pruebas para implantar un chip en el cerebro humano, para ayudar a algunos pacientes neurológicos a comunicarse directamente con un dispositivo externo, a través del pensamiento.
"Se trata de una innovación potencialmente revolucionaria, siempre que se adopten todas las medidas necesarias para evitar las derivas poshumanistas", observó Stanzione, quien señala, por consiguiente, "la necesidad de un estatuto jurídico pero también ético de las nuevas tecnologías, que promueva su desarrollo, pero al servicio de la persona, de la solidaridad, de los derechos fundamentales".
Con la mirada puesta sobre todo en las nuevas generaciones, aquejadas por una "búsqueda espasmódica de 'visibilidad' en las redes sociales, llevada hasta el punto de poner en riesgo la vida de los demás".
Es un plan sobre el que hay que reflexionar, consideró Stanzione, para quien, asimismo, se corre el riesgo de "convertirnos en espectadores inertes del mal".
También "establecer el umbral de acceso autónomo de los menores a la red" sigue siendo una "cuestión crucial", así como proteger el derecho a la intimidad, para contrarrestar los casos de pornografía vengativa o de mujeres, por ejemplo en casos de interrupción de embarazo, o nuevamente para dar seguimiento a la advertencia de la Consulta al Parlamento sobre el equilibrio entre el derecho del recién nacido a la búsqueda de sus orígenes y el anonimato materno.
El informe de Garante, por lo tanto, ofrece la base "para una discusión constructiva sobre las medidas que se pueden tomar para responder mejor a los desafíos del futuro en términos de protección de datos personales", sostuvo el presidente de la Cámara, Lorenzo Fontana.
"Las indicaciones de la autoridad también deben ser seguidas por los legisladores", coincidió el vicepresidente del Senado, Maurizio Gasparri, quien invitó "a los profesores y estudiantes, pero también a todos los padres a leer" el informe.
Un verdadero panfleto sobre cuáles son los desafíos de época en defensa de la libertad.
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