(ANSA) - Ciudad del Vaticano, 24 de junio - El Papa Francisco expresó su posición en contra del antisemitismo el día lunes, tildando de contradictorios a los cristianos que mantienen prejuicios contra los judíos.

"Considerando nuestras raíces comunes, un cristiano no puede ser antisemita", manifestó ante una audiencia con el Comité Internacional Judío para Consultas Interreligiosas, coalición con sede en el extranjero de organizaciones judías que representan al Judaísmo frente a otras religiones.

Francisco siguió enfatizando el valor de Nostra Aetate de 1965, que se trató de la Declaración acerca de la Relación de la Iglesia con las Religiones No Cristianas en el Concilio Vaticano II.

La parte cuatro de la declaración, que fuera promulgada por el Papa Pablo VI, establece que si bien algunos judíos durante la época de Cristo pedían su muerte, todos los judíos tanto los de ese entonces como los de ahora no pueden ser considerados responsables de 'deicidio', como se ha predicado comúnmente.

"La Iglesia condena firmemente el odio, la persecución, y todas las manifestaciones de antisemitismo", declaró Francisco.

Asimismo recordó el "impulso" hacia el diálogo que dieran sus antecesores, mediante "gestos y documentos".

Además de Nostra Aetate, uno de dichos gestos se tradujo en la histórica visita del Papa Benedicto XVI a Israel en mayo de 2009, seguida del repudio en 2011 de culpabilizar al pueblo judío por la muerte de Cristo en su libro Jesús de Nazaret - Parte II.

En dicho libro cuestionó también el mérito histórico de un pasaje hallado únicamente en el Evangelio de Mateo que fuera utilizado durante siglos para justificar el clamor de 'deicidio'.

"Que su sangre se derrame sobre nosotros y sobre nuestros hijos", dice la multitud de judíos luego de que Poncio Pilatos se lava las manos antes de proseguir con el enjuiciamiento que lo llevará a Cristo a la crucifixión.

Benedicto escribió que era escéptico sobre el hecho de que "todo el pueblo judío estuviera presente en ese momento" y concluyó que había sido la "aristocracia del Templo" y unos pocos seguidores de la figura de Barrabás que en última instancia debían ser culpados.

Pero los lazos con la comunidad judía se tensaron en diciembre de 2009 cuando Benedicto, ahora retirado en el Vaticano, hizo que el controvertido papa Pío XII, acusado por muchos de no pronunciarse contra el Holocausto durante la guerra, se encontrara un paso más cerca de la santidad.

A pesar de la controversia sobre Pío, cuyo antecedente ha dividido a los expertos durante décadas, Benedicto reconoció las "virtudes heroicas" de su antecesor y lo proclamó "venerable" en la segunda de las cuatro etapas del camino a la santidad.

En el mismo año, grupos judíos manifestaron su furia cuando levantó la excomulgación a cuatro obispos de la tradicionalista Sociedad de San Pío X (SSPX), uno de los cuales era Richard Williamson.

Solo cuatro días más tarde, Williamson apareció en un reportaje para la televisión sueca alegando que los hechos fueron "en gran medida contra seis millones de judíos que fueron exterminados con gas deliberadamente" durante el Holocausto".

En 2011, a pocos meses de que Benedicto desechara el concepto de la culpabilidad de los judíos por la muerte de Cristo, Williamson argumentó que la Crucifixión "era verdaderamente deicidio".

"Se trató de la matanza de Dios", agregó en su newsletter online. "Solo los judíos (líderes y pueblo) fueron los agentes principales del deicidio...Hasta que los Judíos se conviertan al fin del mundo, como la Iglesia siempre ha enseñado que lo harían, parecen inclinarse por elegir seguir actuando, colectivamente, como enemigos del verdadero Mesías".

Desde ese entonces, el Vaticano le ha dicho que no será bienvenido nuevamente hasta que se disculpe públicamente y se retracte de sus comentarios.

Desde que se convirtiera en el primer papa latinoamericano y primer papa jesuita el 13 de marzo, Francisco se ha dirigido a la comunidad judía en varias ocasiones.

Una gran delegación de rabinos asistió a la misa inaugural, remarcando los lazos entre ambas religiones.

El presidente de la Unión de Comunidades Judías Italianas (UCEI), Renzo Gattegna, declaró que los comentarios de Francisco del día lunes representaban "la consolidación de un camino iniciado hace 50 años con la publicación de Nostra Aetate, con resultados extremadamente significativos, como señal de diálogo y entendimiento mutuo entre los pueblos".