(ANSA) - Turín, 11 de junio - ¿Qué tienen en común Bill Gates, Naomi Campbell, el Presidente italiano Giorgio Napolitano y Benedicto XVI? Todos ellos poseen al menos un instrumento de escritura fabricado por la empresa italiana Aurora.

La empresa ha estado produciendo estilográficas de alta gama (algunos modelos personalizados pueden tener precios de hasta seis cifras), bolígrafos, bolígrafos a bolilla y lápices mecánicos desde 1919, en su sede de Turín.

En la actualidad, la empresa familiar que va por su cuarta generación se está embarcando en una campaña de globalización cuyo objetivo es asegurar el futuro de la empresa, además de expandir su gama de productos que incluye accesorios tales como artículos de cuero de marca, papelería y relojes.

A principios de este año, Aurora - que comercializa sus productos a través de tiendas multimarca en Italia y en el extranjero, incluyendo a los EE.UU., los Emiratos, China y Hong Kong - inauguró su primera boutique mono-marca en la capital de Turquía, Ankara.

En una presentación llevada a cabo el 28 de mayo, el Presidente y Director General, Cesare Verona, le comunicó a ANSA que en los próximos 1-2 años, Aurora tiene previsto abrir un total de 10 tiendas, incluyendo tiendas en Milán, Roma, París, Londres y Moscú.

Según las previsiones de Verona, las ventas en el exterior pronto representarán el 70% del volumen de negocios total, comparado con el 51% actual (y sólo 3% hace 20 años); la participación de Italia en los ingresos totales disminuirán de 49% a 30%.

Verona explicó que las ventas del año pasado llegaron a 10 millones de euros, lo que equivale a un incremento de casi un 8%, a pesar de la crisis económica. Y, hasta ahora, el año 2013 se presenta mucho mejor, con ingresos apenas por debajo de los dos dígitos, indicó el gerente.

Dejando los números a un lado, la historia de Aurora es la de una pasión por los instrumentos de escritura.

La historia de la familia está vinculada estrechamente a la industria de la impresión: en 1860, el bisabuelo de Verona se convirtió en el representante italiano del fabricante estadounidense de máquinas de escribir, Remington.

Éstas fueron las primeras máquinas de escribir que llegaron por primera vez a Italia, manifestó Verona, agregando que, después de Remington, su bisabuelo comenzó a importar otras marcas, para finalmente empezar a fabricar máquinas de escribir a nivel local.

La empresa opera desde una fábrica de 10.000 metros cuadrados ubicada en los alrededores de Turín. La fábrica original, en la ciudad, fue bombardeada por los Aliados en 1943.

Desde que asumió el mando, Verona se ha propuesto adquirir las antiguas lapiceras Aurora y otros artículos memorables para depositarlos en un museo, que forma parte de la fábrica y está abierto al público para ser visitado.

El museo, denominado "Officina della Scrittura", o "Laboratorio de la Escritura", ya ha reunido y restaurado alrededor de 4.500 antiguas lapiceras, anuncios publicitarios y máquinas de escribir, como parte de un proyecto destinado a mostrar el nivel de las habilidades artesanales involucradas en la fabricación de estas lapiceras de alta gama y transmitir estas habilidades.

Lo que a primera vista parece tan sólo un simple instrumento, la fabricación de estilográficas es, en cambio, un complejo negocio.

Un producto Aurora requiere al menos 200 operaciones individuales y existen numerosos niveles de personalización. La lapicera completa y todos sus componentes - incluyendo la pluma - se fabrican dentro de la empresa; nada se subcontrata. El tiempo que transcurre desde el momento del diseño hasta la producción de la lapicera, puede extenderse hasta dos años. "Cuando el público nos visita, con frecuencia remarca lo mismo: 'No tenía la menor idea'," afirmó Verona.

La empresa, cuyos 50 artesanos producen aproximadamente 100.000 lapiceras por año, se enorgullece de su patrimonio, observó Verona.

Menciona modelos históricos como el Hastil y el Thesi, ideados por el diseñador italiano Marco Zanuso, los cuales integran la colección permanente del Museo de Arte Moderno de New York. "Somos la única empresa de la industria de la escritura que posee dos de sus productos en exhibición en el MOMA," manifiesta.

La empresa ha trabajado con famosos diseñadores desde la década de 1940.

El "88", creado por Marcello Nizzoli en 1947, ha vendido más de un millón de piezas y todavía se sigue produciendo.