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AFICIONADOS DE FUTBOL ITALIANOS RECIBEN PENAS DE PRISION

05 giugno, 22:51
Ghanaian midfielder Kevin-Prince Boateng walks off during AC Milan's friendly at Pro Patria
Ghanaian midfielder Kevin-Prince Boateng walks off during AC Milan's friendly at Pro Patria
AFICIONADOS DE FUTBOL ITALIANOS RECIBEN PENAS DE PRISION (ANSA) - Roma, 5 de junio – Este miércoles, un tribunal italiano dictó penas de prisión que van desde 40 días hasta dos meses contra seis aficionados de fútbol que insultaron racialmente a varios jugadores de raza negra de AC Milan, en un partido amistoso disputado en el mes de enero.

El tribunal de Busto Arsizio, un pueblo ubicado en el norte de Italia, donde se produjo el incidente, declaró a los simpatizantes del equipo de Pro Patria, perteneciente a la cuarta categoría del fútbol italiano, culpables de haber entonado cánticos insultantes "agravados por motivos racistas".

La sentencia fue menos severa que las penas solicitadas por el fiscal, quien quería que cinco de los hinchas cumplieran seis meses de prisión y el restante fuera condenado a cuatro meses de prisión, debido a que colaboró con las autoridades.

El incidente ocupó las primeras planas de los diarios internacionales, ya que el mediocampista de origen ghanés del Milan, Kevin-Prince Boateng, indujo a sus compañeros a abandonar el campo de juego en señal de protesta y el partido fue suspendido.

El jugador ghanés fue muy elogiado por haber enfrentado a los fanáticos y fue invitado a dar una charla, en un foro organizado en Ginebra por el Alto Comisionado por los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Navi Pillay.

Cualquier esperanza de que el incidente pudiera marcar un antes y un después para el fútbol italiano, que se encuentra inmerso en una prolongada batalla contra el racismo en las tribunas, se desvaneció rápidamente.

El mes pasado, un partido por el torneo de la Serie A entre AC Milan y AS Roma fue suspendido momentáneamente luego de que algunos hinchas de la Roma entonaran cánticos racistas contra Boateng y contra el delantero del Milan y de la selección italiana, Mario Balotelli. También hubo algunos otros incidentes vinculados con el racismo al final de la temporada pasada.

Una vez que quedó demostrada la ineficacia de multar a los clubes por los actos de racismo cometidos por sus hinchas, esta semana la Federación Italiana de Fútbol (FIGC) aprobó sanciones más duras contra el racismo, inspiradas en las nuevas reglamentaciones implementadas por el órgano rector del fútbol europeo, la UEFA. A aquellos clubes cuyos fanáticos sean hallados culpables de proferir insultos raciales se les clausurarán algunos sectores de su terreno de juego para su siguiente partido como local.

En el caso de que se reiteraran los insultos, el club deberá jugar un partido como local a puertas cerradas.

Y si aun así, la situación continuara sin poder ser controlada, las autoridades estarán facultadas para imponer nuevas prohibiciones de acceso a los estadios, quita de puntos contra uno u otro equipo, descuento de puntos en la tabla de posiciones de la liga, pudiendo llegar inclusive a excluir a un equipo del campeonato. Balotelli ha sido una víctima frecuente de insultos raciales contra su persona y ha amenazado con retirarse del campo de juego la próxima vez que ello vuelva a repetirse, si bien tanto el Presidente de la UEFA, Michel Platini, como el presidente de la liga de árbitros de Italia han manifestado que no le corresponde a un jugador, en forma individual, decidir cuándo debe tomar medidas.

El racismo ha sido un problema en el fútbol italiano al menos desde la década de 1980, cuando el astro holandés del Milan, Ruud Gullit, se pronunció en su contra.

En noviembre de 2005, el ex-defensor marfileño del Messina, Marco Zoro, amenazó con interrumpir el juego en un partido de la Serie A, después de recibir insultos raciales por parte de los hinchas del equipo visitante, el Inter.

Una década antes, el holandés Aron Winter, oriundo de Surinam, fue insultado verbalmente en un partido ante Lazio con cánticos de 'Fuera negros y judíos'.

El antisemitismo también ha sido un problema recurrente en la máxima categoría del fútbol italiano.

En 1989, el goleador israelí Ronnie Rosenthal no pudo jugar ni siquiera un partido para el Udinese debido a la masiva presión ejercida por parte de los círculos neo-Fascistas.

En noviembre, los hinchas de la Lazio, conformados por un duro núcleo neo-Fascista, junto con los hinchas de AS Roma, se unieron en el brutal ataque contra los hinchas del Tottenham, un club londinense con raíces judías, en un pub de Roma.

El tribunal de Busto Arsizio, además, multó al mediocampista ghanés del Milan, Sulley Muntari, con 500 euros por haberse negado a presentar evidencia en el juicio. (ANSA)
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