(ANSA) - Roma, 7 de junio - Desde estrellas de cine y directores como Roberto Benigni y Bernardo Bertolucci, hasta redes de televisión, sindicatos y grupos de negocios, reclaman que el gobierno italiano proteja la industria de medios local.

Más de 100 grandes figuras y organizaciones firmaron una petición presentada el martes al Primer Ministro Enrico Letta, pidiendo apoyo continuo y una prórroga de los temidos recortes a los subsidios culturales que seguirían al pacto de libre comercio entre Europa y los Estados Unidos.

Teniendo en cuenta la dominación de los Estados Unidos sobre la industria de entretenimientos global, los peticionantes de Italia dicen que temen por la subsistencia de la industria local y la subsistencia de las instituciones culturales nacionales.

"Italia está, junto con otros países de Europa, a favor de excluir lo cultural y audiovisual (las industrias) de los tratados comerciales entre la Unión Europea y los Estados Unidos," dice la petición.

En el centro del conflicto se encuentran los subsidios otorgados por el gobierno para ayudar a las industrias culturales a florecer en el sector donde dominan las principales empresas Norteamericanas.

Pero ahora, el temor es que los subsidios sean recortados en un tratado de libre comercio entre los Estados Unidos y la Unión Europea.

En dichos acuerdos, los negociadores exigen generalmente la denominada "igualdad de condiciones" que se traduce habitualmente en el recorte del apoyo del gobierno para cualquier sector económico relevante.

Esto no puede permitirse, decía la petición, instando al gobierno a que le garantice que el sector cultural de Italia está exento de dichos recortes.

Las excepciones culturales, introducidas primero por Francia para tratar a la cultura en forma diferente a otras mercaderías, apuntaban a frenar el dominio de la industria cinematográfica de América en los mercados europeos.

Las preocupaciones de los peticionantes surgen de la Asociación de Inversión y Comercio de la Unión Europea con los Estados Unidos (EU-US Transatlantic Trade and Investment Partnership (TTIP)), que apareció en borrador a principios de año pero no hacía mención alguna de la excepción a la cultura.

El comienzo de las negociaciones sobre el acuerdo está programado para el verano.

En forma más amplia, temen asimismo la "liberalización" de las industrias culturales- esencialmente, el trato de la cultura como cualquier otra commodity que puede comprarse y venderse.

Dicho tratado no sólo destruirá la cultura, sino que quebrantará la economía italiana trasladando cualquier ganancia -e ingreso imponible- fuera del país.

En el creciente mercado virtual, dicen los firmantes de la petición, muchas empresas que operan en el sector de la cultura no cuentan con sede central o vínculos con ningún país en particular.

Estas empresas "no invierten en redes y contenidos ni en los territorios…no crean valor, o valor agregado, ni generan ingresos imponibles," dice la petición.

Otras personalidades que han firmado la petición italiana incluyen a los directores ganadores del Oscar Giuseppe Tornatore y Gabriele Salvatores, así como también la radiodifusora nacional RAI, el gigante de medios Mediaset del ex premier Silvio Berlusconi y la poderosa confederación comercial Confindustria. La petición se presentará al Parlamento Europeo, con sus 27 estados miembro, el 14 de junio.

La petición italiana es similar a la de otros movimientos de otros países de Europa.

Asimismo, un documento similar circuló en el reciente festival internacional de cine de Cannes, y fue firmado por los directores Michael Haneke, Michel Hazanavicius, Catherine Breillat, Costa Gavras, Pedro Almodovar, Mike Leigh y Ken Loach, Jean-Pierre y Luc Dardenne y Aki Kaurismaki.