Por Massimo Lomonaco
(ANSA) - TEL AVIV, 05 MAG - Israel cierra Al Jazeera en el
país, mientras una nueva humareda negra en El Cairo arrebata la
ansiada tregua en Gaza, pese al optimismo de los últimos días, y
acerca la operación a Rafah, en el sur de la Franja.
A partir de hoy, la emisora ;;qatarí ya no es visible en
Israel. De hecho, el gobierno de Benjamin Netanyahu votó a favor
de cerrar las actividades y confiscar los equipos de la
televisión, acusada de ser el "megáfono" de Hamás en Gaza y de
"instigación" contra Israel. Una decisión rechazada por Al
Jazeera, que la calificó de "criminal".
La aprobación por parte del Gobierno se produjo por
unanimidad, con algunos dolores de estómago -por la coincidencia
con las negociaciones en Egipto- de los ministros centristas del
gabinete de guerra, Benny Gantz y Gadi Eisenkot.
El pasado 1 de abril, la Knesset (Parlamento) aprobó una ley
para prohibir "las emisoras extranjeras que dañan la seguridad
del Estado".
El ministro de Comunicaciones, Shlomo Karhi, firmó luego las
medidas que incluyen "el cierre de las oficinas, la confiscación
de los equipos del canal, posiblemente incluidos los teléfonos
móviles, y el bloqueo del acceso al sitio web de la televisión".
El jefe de la red en Israel y los Territorios, Walid Omary,
anunció una posible apelación ante los tribunales.
Hamás acusó a Israel de querer "ocultar la verdad" sobre la
guerra, mientras la ONU pidió que se retire la medida.
Mientras tanto, las negociaciones entre Israel y Hamás
terminaron en una batalla entre sí, aunque sobre la mesa -según
una fuente árabe- estaba "el mejor proyecto de acuerdo"
elaborado hasta el momento.
Por la tarde se dieron por concluidas las conversaciones y
la delegación de Hamás -después de haber dado su respuesta a los
mediadores de Egipto y Qatar- regresó a Doha "para consultas con
los dirigentes" del movimiento.
Según los medios egipcios, sin embargo, regresará a El Cairo
el próximo martes para reanudar las negociaciones, mientras que
el director de la CIA, William Burns, llegó precipitadamente a
Doha para presionar de nuevo por un acuerdo antes de que todo
"colapse".
Las posiciones siguen, sin embargo, estando muy distantes.
La cuestión es siempre la misma: Hamás insiste en el fin
definitivo del conflicto en la Franja y la retirada "total" de
las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) de Gaza.
Condiciones que el primer ministro israelí, Benjamín
Netanyahu, rechazó rotundamente, calificándolas de dictados
inaceptables.
Fue el propio líder de la facción islámica palestina, Ismail
Haniyeh, quien reiteró la línea. "Hamás -afirmó desde Doha-
quiere alcanzar un acuerdo global que ponga fin a la agresión,
garantice la retirada del ejército y consiga un intercambio
serio de prisioneros. ¨De qué sirve un acuerdo si el alto el
fuego no es el primero? resultado ?".
"Es Hamás quien está impidiendo un acuerdo para la
liberación de los rehenes", respondió Netanyahu, añadiendo que
"Israel estaba y sigue estando dispuesto a concluir una tregua
para liberar a los rehenes". Pero "las exigencias extremas" de
Hamás, añadió el primer ministro, "significan la rendición" de
Israel, que "en cambio, seguirá luchando hasta alcanzar todos
sus objetivos".
Por eso, la operación en Rafah, donde hay un millón y medio
de palestinos desplazados, parece ahora más cercana: "Comenzará
muy pronto", aseguró el ministro de Defensa, Yoav Gallant.
"He abordado este tema intensamente durante la semana
pasada, incluido hoy", explicó. La comunidad internacional,
encabezada por Estados Unidos, se opone firmemente. Y quizás no
sea una coincidencia que, por primera vez desde el 7 de octubre,
la administración Biden decidiera la semana pasada bloquear un
envío de municiones a Israel, como informó Barak Ravid de Axios.
El presidente estadounidense, Joe Biden, se enfrenta a duras
críticas en su país por parte de quienes se oponen a su apoyo
incondicional al Estado judío.
En febrero, la Casa Blanca pidió garantías de que el
ejército israelí utilizaría armas estadounidenses en Gaza de
conformidad con el derecho internacional, e Israel entregó una
carta de garantías en marzo.
Mientras tanto, en el día 212 de la guerra, Hamás se
atribuyó el lanzamiento de al menos 10 cohetes en la zona del
cruce de Kerem Shalom, por donde pasan los camiones de ayuda
humanitaria, con el argumento de que "allí se habían reunido
soldados".
En respuesta, el Estado judío cerró el cruce, donde al menos
10 israelíes resultaron heridos.
Según las FDI, Hamás disparó cohetes desde Rafah "a unos 300
metros de una zona utilizada como refugio por los desplazados".
Los enfrentamientos también continúan en la frontera norte
de Israel: Hezbolá se atribuyó el lanzamiento de "decenas de
cohetes tras la muerte de tres civiles tras un ataque israelí en
el sur del Líbano". (ANSA).