Por Gloria Granda G.
LIMA, 31 (ANSA)- Hace casi 40 años llegó a Perú un italiano
alarmado por la pobreza en los andes del norte del país andino.
Llegó, se quedó y cambió el futuro de miles de personas que
nacieron en la pobreza y que tenían como mejor designio
alimentarse con la resignación y la esperanza. Ugo de Censi, más conocido como el Padre Ugo, llegó a Perú
con 52 años, con la decisión de evangelizar a miles de
kilómetros de su natal Polaggia, un pueblo que conforma el
municipio de Berbenno di Valtellina, en la región de Lombardia,
norte de Italia. Arribó al país de los "incas" como fundador y conductor de la
organización internacional de ayuda humanitaria Operación Mato
Grosso fundada en 1967, y decidió quedarse en la sierra de la
región de Ancash, exactamente en Chacas, una localidad que debe
al sacerdote italiano y a miles de voluntarios italianos y
peruanos haber cambiado su futuro y el de sus pobladores. Mato Grosso es un movimiento de ayuda humanitaria que se creó
precisamente en la región del Brasil, adonde llegó Ugo de Censi
antes de conocer Perú. También opera en Bolivia y Ecuador. El padre Ugo movilizó en todos estos años a miles de
voluntarios italianos que llegaron a la sierra del norte peruano
para ayudar, colaborar y trabajar por miles de personas
empobrecidas. "He venido de frente de Europa a la cordillera. No he parado
en Lima. Ahora estoy en Lima porque el corazón no logra (estar
en altura)", declaró el padre Ugo a ANSA en una calurosa tarde
del otoño en Lima. Ya no puede estar viajando con la frecuencia
de otros años. Los años pasan y dejan huella. El padre Ugo
cumplió 91 años el pasado 26 de enero. "Me he encariñado. Ha sido mi gente, mis hijos. El ambiente
me ha gustado. Yo vivo de la poesía y de la naturaleza. No ha
sido ninguna fatiga quererlos, sobre todo a los jóvenes. Yo soy
salesiano. Mi vida ha sido seguido seguir a Don Bosco",
respondió el sacerdote italiano, a media voz, lentamente,
mientras uno de sus primos, Maurizio Frondini, le toma
fotografías, y dos voluntarias, Teresi Bossini, y Rosella
Callorio, cuidan de su salud y de la casa donde habita. El padre Ugo recibió a ANSA con su conocida gentileza en la
sala principal de la casa en la que reside, en el distrito de
Pueblo Libre, de la capital peruana. Minutos antes, había estado escribiendo cartas pidiendo apoyo
a la comunidad, para terminar la construcción de cinco centros
de educación para infantes en la ciudad de Chimbote, en la
región andina de Ancash, ubicada a unos 450 kilómetros al norte
de Lima. En la construcción de esos colegios participan voluntarios
italianos, cavando zanjas, mezclando y echando cemento y piedras
y colocando ladrillos. Varios de ellos trabajan en Chacas y
Chimbote, en Ancash.
Quienes conocen al padre Ugo están seguros de que logrará la
ayuda económica que le falta para concluir la construcción de
los cinco jardines para infantes o "nidos", antes de junio,
porque no hace muchos años logró con su gran corazón movilizar a
cientos de personas en Perú e Italia para hacer realidad una de
las más hermosas catedrales en Sudamérica, la Catedral de Nuevo
Chimbote, también en Ancash, que se abrió en el 2007, en
presencia del enviado papal, Tarcisio Bertone. La Catedral de Nuevo Chimbote es una obra más del padre Ugo
de Censi, diseñada y construida por el arquitecto y misionero
italiano Pierangelo Ripamonti, uno de los voluntarios del Padre
Ugo, esposo de la también misionera Teresi, cuyos tres hijos
vivieron muchos años en Perú. Al padre Ugo también se le agradece haber hecho realidad el
moderno hospital de Chacas en el Callejón de Conchucos, un
seminario, un hospital para ancianos y una iglesia en Poma Yucay
en el mismo valle, en Ancash, así como numerosas casas para los
damnificados en Chincha, sur de Perú, por el terremoto de agosto
del 2007, que dejó 500 muertos.
A poco de llegar a Lima, el padre Ugo se convirtió en
párroco de la Parroquia San Martín Papa.
"Yo he escogido ayudarles y cuando veía que se escapaban de
la sierra, les decía 'no vayan a la costa', y para pararlos he
inventado trabajos. A los chicos, les dimos carpintería, de ahí
viene la escultura, de ahí viene el tallado, de ahí viene los
vitrales. Después, a las chicas, (les enseñamos) a tejer",
recordó el sacerdote salesiano, a quien el Estado peruano otorgó
la nacionalidad peruana. "Después me he preocupado por de la salud, creamos el
hospital de Chacas. (…) también ayudamos a formarlos en
agricultura. Prácticamente, he mezclado mi vida con la suya",
comentó el padre Ugo. Tres años después fundó la Escuela de Tallado Don Bosco de
Chacas. Además de la región Ancash, el Padre Ugo y sus
voluntarios trabajan en regiones como Apurímac, Cuzco y Lima.
Los Artesanos de Don Bosco realizan hermosos trabajos en
madera, como muebles, esculturas, tallados, arte sacro hechos a
manos; prendas de vestir hechas a manos con diseños peruanos e
italianos; todo tipo de trabajos en piedra y mármoles de alta
calidad; producen trabajos de vitrales y vitrofusión de alta
calidad; en metal, enchapados, puertas, custodias, adornos
hechos a manos; en papel, sobres, partes de matrimonio, tarjetas
y artículos con filigrana.
Además, en la sierra tienen una planta donde desarrollan
cocinas y hornos a leña con tecnología italiana. Desde el 2012, el padre Ugo, párroco honorífico de Chacas,
reside en Lima por su estado delicado de salud que le impide
esta en altura.(ANSA).
GG/MRZ
31/03/2015 22:04
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