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 HECHOS DEL DIA
Ortega y Gasset, una nueva mirada

Jose Ortega y Gasset Por Alberto Ferrari
BUENOS AIRES, 13 (ANSA)- José Ortega y Gasset escribió uno de sus artículos más confesionales y fatalistas, "El Intelectual y el Otro", en Buenos Aires a fines de 1940, cuando afrontaba el exilio el soledad y con dificultades económicas, revela una reciente biografía sobre el filósofo español.
    "El intelectual y el Otro" surgió condicionado por la percepción de un hombre alejado de sus afectos y que soportaba la lejanía con España no solo en términos geográficos, sino también políticos, familiares y humanos, escribe Jordi Gracia, en la monumental biografía de Ortega y Gasset que acaba de publicar Taurus.
    Aquel artículo escrito en diciembre de 1940 desde la capital argentina "es el retrato del fracaso desconcertante del ejercicio del intelectual y está en el límite confesional de lo que es capaz de escribir un alérgico congénito a la autobiografía", escribe Gracia, catedrático de literatura española de la Universidad de Barcelona. Buenos Aires fue el "mejor destino posible" para Ortega y Gasset pese a la "interminable distancia desde España" señala Gracia, ya que había heredado una popularidad de sus visitas precedentes que le permitieron trabajar en el diario La Nación como colaborador y como columnista en programas de radio.
    Ortega y Gasset vivió en La Recoleta -elegante barrio de la zona norte de la capital argentina- pero su vida intelectual transcurrió en la avenida Corrientes o en torno a la calle Florida.
    Por sus escritos, Buenos Aires no era una ciudad de su agrado con sus "calles intestinales, de fachadas mudas, de veredas angostas" y "esa fauna atroz de factoría" que circulaba entre bancos y oficinas.
    Ortega y Gasset sobrevivía con estreches económicas en la capital argentina -según escribe a sus familiares -a la espera de los giros que por derechos de autor le envía "mal y tarde" la editorial Espalsa-Calpe.
    El filósofo se queja de que el dinero que le envía la editorial no coincide con los cálculos que lleva "en una libreta negra con anotaciones minuciosas sobre contratos, tiradas, traducciones, deudas y ventas", recuerda Gracia.
   Aún así, desde Buenos Aires, Ortega y Gasset editó la colección "Austral" de Espalsa-Calpe que en la década del 40 tuvo una circulación masiva en América Latina.
    El filósofo fue un caso especial del exilio español desencadenado por la Guerra Civil ya que no apareció en ninguna lista de "ceses y depuraciones", apunta la biografía.
    El español no figuró en la lista de "separados definitivamente del servicio de la República" del 22 de noviembre de 1937 y en todo caso le correspondió una previsible "suspensión" de la Universidad Central de Madrid por "abandono de destino". Pero, tampoco apareció en las "ratificaciones y restituciones" que promulgó el bando sublevado con la firma de Francisco Franco el 1ro de octubre de 1936.
    Sin embargo, Gracia ha detectado durante su investigación que el nombre del filósofo apareció tachado con lápiz de color en un listado actualizado de 1940 que fue utilizado para "reordenar el panorama" de las universidades españolas, bajo el franquismo.
    Mientras tanto, Ortega "sigue siendo el nombre brillante e inteligente de siempre y también el cursi y el pedante de siempre", según el relato de otros exiliados en la capital argentina. A mediados de 1941 su hijo Miguel viajó a Buenos Aires y quizás en esos momentos "comienza a madurar la idea del regreso a Europa" apunta Gracia.
   La decisión parece precipitarse porque Ortega se siente "humillado ante la precariedad material" y debe pedir un crédito "contra garantías de futuros derechos editoriales" para pagar el pasaje desde Buenos Aires a Lisboa, donde se reencontró con sus hijos.
   Ortega partió desde el puerto de Buenos Aires el 9 de febrero de 1942 a bordo del buque "Cabo de Hornos", despedido por un reducido grupo de amigos y durante el viaje le confesó a otro exiliado español que "nada, salvo la proximidad de mis hijos, me atrae a Portugal".
    El filósofo regresó a España en agosto de 1945, luego de que sus hijos José y Miguel negociaron con el Ministerio de la Gobernación de Franco que su padre no sufriría "percance alguno" cuando pisara Madrid.
    Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura, comentó a modo de elogio que "uno de los grandes méritos del libro de Jordi Gracia es que, sin excusarle ninguna de sus equivocaciones y errores políticas, ni dejar de señalar cómo a veces lo vanidad lo cegaba y lo lleva a exagerar sus exabruptos, Ortega y Gasset es uno de los grandes pensadores de nuestra época". AEF-ADG/MRZ

13/09/2014 19:23


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